jueves, 22 de mayo de 2014

Chapter twenty four.



*Louis Tomlinson*

Por fin era viernes y me sentí realmente feliz. No porque era el último día antes del fin de semana, aunque también; si no porque hoy era mi cita con Phoebe. Estaba que temblaba de la emoción, lo juro. Había sido un idiota y me olvidé completamente de llamarla y decirle algo sobre la cita, pero por suerte hoy la vería. Una tonta sonrisa se formó en mis labios al pensarlo. Bajé a desayunar las ricas tostadas con nutella que Lottie nos estaba preparando y la saludé con una beso en la mejilla después de coger una del plato. Las pequeñas, ya sentadas en la mesa, devoraban un par de tostadas cada una. Besé sus mejillas y me senté al lado de Daisy. A los pocos minutos bajó Fizzie, quien besó mi mejilla antes de sentarse a mi lado. Éramos unos cariñosos, pero solo por la mañana; por la tarde me dedicaba a chincharlas.
-Lou, mamá dijo que hoy tienes que llevar a Phoebe y Daisy al colegio ya que ella no puede- me avisó Lottie antes de meterse la tostada en la boca. Rodé los ojos, fastidiado. Siempre que tenía que llevarlas al colegio, yo llegaba tarde. Igualmente acepté. Los tres fuimos a buscar nuestras mochilas a nuestros cuartos y al bajar, ayudé a mis hermanas a ponerse las chaquetas a juego que tenían. Se veían adorables. Me despedí de Fizzie y Lottie, y agarrando una mano a cada una de las gemelas, fuimos rumbo a su colegio. Después de caminar por lo menos quince minutos, finalmente llegamos. Me puse de cuclillas enfrente de ellas.
-Portaros bien chicas- las dos pequeñas asintieron-. Y si algún niño tonto os molesta no olvidéis lo que os he enseñado- les guiñé un ojo, haciéndolas reir. Las dos a la vez me abrazaron fuertemente.
-Adiós Lou- se despidió Phoebe, y cogiendo la mano de su hermana corrieron a juntarse con sus amigas. Me levanté y cuando comprobé que las dos habían entrado sanas y salvas dentro del colegio, me giré dispuesto a irme al instituto, pero me asusté al ver quien tenía detrás de mí. Phoebe se rió de mi cara y cuando calmó su risa, besó mi mejilla.
-Buenos días Louis- saludó alegremente, enamorándome un poco más con su dulce sonrisa.
-Hola Phoebe, ¿Qué haces aquí?- pregunté curioso. Echamos a andar para evitar llegar tarde a nuestra primera clase.
-Acompañé a mi hermanito porque mi madre no podía- hizo una mueca-. ¿Y tú?- rió.
-Lo mismo- reí con ella-. Bueno, yo vine a dejar a mis hermanas pero igual porque mi madre no podía- me encogí de hombros.
-Tus hermanas son adorables- sonrió tiernamente-. Oye Lou, no me llamaste- hizo un puchero con los labios. Me metí las manos en los bolsillos.
-Lo siento, me olvidé completamente- confesé apenado-, ¿Pero la cita sigue en pie, verdad?
-¡Claro!- exclamó-. ¿Pero dónde iremos?- preguntó con una sonrisa inocente.
-Pensaba ir al cine, ¿Te apetece?
-Perfecto- aplaudió, haciéndome reir-. ¿Vamos después de comer?
-Te pasaré a buscar- sonreí. Me besó en la mejilla cuando nos detuvimos en la entrada del instituto. El camino se me había hecho muy corto.
-Genial, luego te veo- me guiñó un ojo y corriendo se perdió entre los estudiantes que todavía vagaban por el pasillo. Suspirando fui a mi taquilla, cogí el libro de historia y me dirigí a clase.

*Harry Styles*

Salí medio dormido de la clase que tenía ahora, que para ser honesto no tenía ni idea de cuál era, solo seguí a un chico que veía todos los viernes por la mañana y siempre se metía en la misma clase que yo. En fin, fui caminando a paso lento hasta el jardín donde siempre pasábamos las horas libres y me recosté en la hierba a dormir mientras esperaba a que llegasen mis amigos. Pasaron menos de cinco minutos cuando sentí que alguien se sentó encima de mi estómago. Por el peso de esa persona, adiviné que no era ninguno de los chicos, y al abrir los ojos descubrí que era Annie, riéndose. Lou estaba sentado en el banco de piedra riéndose también. Así que me uní a ellos.
-¿De qué os reís?- pregunté entre mis carcajadas.
-De que estabas durmiendo ricitos- Ann me sacudió los rizos y rápidamente se levantó de mi estómago a refugiarse en el brazo de Louis.
-Tengo mucho sueño- cerré de nuevo los ojos, pero esta vez sin la intención de dormir. Crucé los brazos detrás de mi cabeza.
-¿Y eso por qué?- preguntó un Louis curioso, enarcando una ceja.
-Mi hermana se paso hooooras hablando por teléfono y no me dejó dormir hasta muy tarde- refunfuñé, causando sus risas de nuevo.
-Hoy vamos a tu casa a dormir, ¿Verdad?- Ann recostó la cabeza en el hombro de Lou.
-Claro- sonreí, todavía con los ojos cerrados-. ¿Sabes llegar a mi casa o quieres que pasemos a buscarte?
-Le diré a Zayn- rió divertida. Oh verdad, ellos siempre van juntos a todas partes.
-¿Ya tenéis alguna idea para la canción?- la pregunta de Lou hizo que abriera los ojos. Había estado pensando en lo de la canción y tenía una frase perfecta.
-Yo tengo una frase que me gusta mucho, pero solo eso- sonreí-. Se la puse a Ori en una de las notas- no pude evitar sonrojarme. Ayer dijo que el chico de sus notas era un ángel, y eso enterneció mi corazón.
-¿Cuál es?- interrumpió Annie antes de que la dijese.
-Creo que fue la segunda- anuncié antes de recitarla-. Though I try to get you out of my head, the truth is I got lost without you.
-Aw es una frase preciosa- elogió Annie dulcemente. Susurré un gracias, cerrando los ojos de nuevo.
-¿Tú no querías cantar, verdad Ann?- Annie no contestó pero imaginé que negó con la cabeza como respuesta-. Entonces podríamos pensar en una melodia para una sola guitarra. ¿Qué os parece? Así todos hacemos algo.
-Perfecto- dijimos Ann y yo a la vez, haciéndonos reir fuertemente. Escuché unos pasos que se acercaban y abrí un ojo para ver como Niall se sentaba a mi lado en la hierba, y Liam al lado de Annie.
-Hola chicos- saludó Nialler, animado-. ¿Qué hay?
-Estábamos hablando de vosotros- mintió Louis y ya me imaginaba su sonrisa traviesa aunque tuviese los ojos cerrados de nuevo.
-¿De lo genial que soy, verdad?- bromeó el rubito, divertido.
-En realidad- Lou pausó antes de hablar-; de lo genial que es Liam- el anteriormente mencionado, Ann y Louis se rieron a carcajadas. Abrí los ojos, y ante el tierno puchero de Nialler no me contuve y lo abracé. Si es que cuando se pone adorable te dan ganas de achucharlo.
-Al menos Harry me apoya- me devolvió el abrazo, usando un tono de voz triste y claramente falso-. Gracias Harold, tú sí eres un buen amigo.
-Pasaré por alto el hecho de que me hayas llamado Harold- dije todavía con el duende aprisionado entre mis brazos.
-Suéltame rizos de chocolate, me asfixio- me empujó de los brazos pero yo solo lo apreté más fuerte, haciéndolo reir-. Venga Harry- suplicó y no me quedó de otra que soltarlo.
-Ya te extraño Nialler- acabé por decir después de menos de treinta segundos.
-¡Oh! Ahora que pienso- exclamó Annie, pero antes de que pudiese continuar Louis la interrumpió medio riendo.
-Por una vez que piensas- Ann se rió a carcajadas, pegándole un golpe en el hombro.
-Cállate Tommo- negó con la cabeza, calmando su risa-. Lo que sea. Harry, ¿Tienes una guitarra en tu casa o cojo la mía?- me preguntó.
-Yo traeré la mía- comentó Niall encogiéndose de hombros.
-También puedes traer la tuya- le sonreí a la skater-. Igualmente no tengo guitarra- reí. A lo lejos se escuchó el grito de Zayn llamando a Annie por el apodo que le había puesto el primer día que se conocieron. Mucha gente ya sabía que Zayn llamaba así a Annie, pero eso no evitó que un montón de curiosos se girase a ver al moreno corriendo hacia nosotros con Ori unos cuantos metros detrás caminando tranquilamente e ignorando las miradas de los otros. Empecé a reirme exageradamente, acompañado de Niall y las miradas extrañadas de Lou, Ann y Liam. Lo siento pero la cara de Zayn corriendo siempre me pareció muy graciosa. Llegó al lado de Liam, intentando recuperar el aire perdido. Mientras éste se recuperaba de la larga carrera, Ori llegó y se sentó encima de la mesa de piedra.
-Hola chicos- nos saludó Oriana con una bonita sonrisa. Me quedé como bobo mirándola, preguntándome cuándo podría volver a besar sus labios. Ya los echaba de menos, la verdad. Fingí que miraba las nubes cuando me pareció que volvía la vista hacia mí.
-¿Me estás oyendo Harry?- preguntó Ann a carcajadas. Dejé de mirar las nubes para mirarla a ella, preguntándole con la mirada qué decía-. ¿Puede venir Ori, cierto? A tu casa, me refiero- aclaró.
Fijé la vista en Oriana, quien se mordía el labio inconscientemente. Oh, lo que daría por poder morder sus lab- Harry céntrate. Le sonreí, a lo que me devolvió la sonrisa.
-Claro que sí, puede venir- Annie dio un par de palmadas, emocionada; pero antes de que pudiese decir algo más Ori la interrumpió.
-Me encantaría ir pero creo que os molestaría, ¿No? Tendréis que estar concentrados para escribir vuestra canción y esas cosas- rió suavemente.
-¡Qué cosas dices, mujer! Tú nunca molestas- Louis le guiñó un ojo juguetonamente a Oriana y ella se empezó a reir.
-Está bien, vale; iré- finalmente dijo, y en mi mente no podía parar de saltar de la emoción. Harry, cálmate.

*Liam Payne*

Acabó la hora libre. Por suerte ahora teníamos taller optativo así que los cinco y Annie nos dirigimos hacia allí. Me paré un momento en medio del camino a atar mi zapato, ya que los cordones estaban sueltos y les dije a los chicos que fuesen tirando. Llegué corriendo a donde ellos estaban, ya a punto de entrar en clase y me puse detrás de Ann. Pero justo cuando entrábamos, el profesor Abbot salía de allí. Fijó la vista en nosotros dos, los únicos que todavía no habíamos entrado al aula y sonrió. Oh no.
-Annie, Liam; ¿Podríais hacerme un favor?- suplicó y Ann asintió con la cabeza para que continuase hablando-. Me he dejado unas hojas en la sala de profesores pero si me marcho el caos que hay aquí dentro será peor- señaló dentro de la clase, donde por lo que al menos pude ver, fue a un Louis tocando la guitarra como si fuera un cantante de heavy o algo parecido y a otro par de chicos tocando el triangulo fuertemente-. ¿Os importaría ir a buscarlos por mí? Están en mi mesa, son los únicos papeles que hay allí así que enseguida los veréis. Gracias chicos- nos sonrió para después cerrar la puerta en nuestras narices sin siquiera dejarnos contestar. Entonces recordé que Annie estaba a mi lado. Que iba a pasar tiempo a solas con ella. Los colores subieron rápidamente a mi cara al mismo tiempo que me giraba a verla. Me miraba con una tímida sonrisa en los labios y un leve tono rosa en las mejillas.
-No tengo ni idea de dónde está la sala de profesores- rió tiernamente, haciéndome sonreir por lo adorable que era su risita. Por poco olvidé responder al estar embobado mirando su bello rostro. Madre mía Liam, compórtate.
-Yo sé donde está- sonreí nervioso. Quedé un poco tonto; obviamente tenía que saber dónde estaba. Ella era la nueva, no yo. Me pegué un golpe en la frente mentalmente-. Ven vamos- sin tan solo pensar antes de hacerlo, agarré su mano y tiré de ella por el pasillo. Claro que estaba sorprendida por lo que había hecho, pero más lo estaba yo. Pensé en romper nuestra unión de manos y disculparme, pero cuando me apretó ligeramente la mano me giré a verla; sonreía totalmente ruborizada, mirando al suelo. Así que también sonreí y no separé mi mano de la suya hasta llegar a nuestro destino. De mala gana, solté su mano para llamar a la puerta al mismo tiempo que la abría para sacar mi cabeza por un hueco. No había nadie. Rodé los ojos y abrí la puerta del todo, haciéndole un gesto con la mano a Ann para que pasase ella primero. Murmuró un gracias, más roja que un tomate. Cerré la puerta detrás de nosotros. Ahora el problema es que no sabía dónde estaba la mesa del profesor Abbot. Annie se giró a verme y yo solo me encogí de hombros; a lo que ella se rió. Su risa se cortó de golpe y corriendo hacia donde estaba, me cogió la mano para después empujarme debajo de una mesa y escondernos allí. Fui a decir algo, pero su mano me tapó la boca antes de que un solo sonido saliese de mis labios. Me suplicó con los ojos que no dijese nada. Confundido obedecí. Entonces la puerta se abrió y enseguida se cerró con un portazo. Alguien entró murmurando insultos sin parar. Sus pasos se oían por toda el aula y cuando pasó por delante de nosotros, reconocí el calzado del propietario. Era el profesor de biologia. Del que le había cogido mucha manía después de sacarme dos veces de clase en menos de un mes. Rodé los ojos y giré la cabeza hacia Annie, quien curiosamente me miraba. Noté una chispa de miedo en sus ojos, quizás por el hecho de poder ser descubierta en el aula de profesores junto a un chico y debajo de una mesa. Pero fue su culpa; ella me arrastró ahí. Aunque gracias a ese gesto no tendría que haberme enfrentado al amargado de biologia. Le sonreí, en un intento de que se calmara. Me devolvió la sonrisa, tímidamente. Apoyó su cabeza en mi hombro y hasta ese momento no me di cuenta de que nuestras manos seguían juntas. Y a decir verdad, me sentía muy cómodo. El amargado se marchó después de diez minutos haciendo quién sabe el qué y por fin pudimos salir de nuestro escondite. Salí primero de allí, tendiéndole una mano a Annie para que se levantara una vez ya estaba yo en pie. Buscamos rápidamente con la mirada el escritorio del profesor Abbot, hasta que Annie señaló uno al fondo. Nos acercamos y en un pequeño rectangulo cerca de un libro de música se podía leer Gale Abbot. Así que ése era el suyo. Ann agarró las hojas que nos había dicho el profesor y finalmente abandonamos el lugar, de vuelta al taller de música.

*Annie Stonem*

Suspiré, con el libro de biologia aferrado a mi pecho, y entré en clase a paso lento. No me apetecía para nada ahora hacer biologia, pero era lo que tocaba. Además, ya era la última clase del dia, tenía que resistir. Eché un vistazo a toda la clase y vi que el bueno de Liam me había guardado un sitio a su lado, o eso esperaba. Reí internamente mientras me acercaba.
-¿Puedo sentarme o el sitio está ocupado?- pregunté en un intento de parecer más valiente y menos tímida frente a él; pero fallé. Noté como mis mejillas empezaron a arder, reprochándome mentalmente.
-Te lo estaba reservando, en realidad- rió dulcemente. Asentí con la cabeza, un poco más sonrojada que antes y ocupé el sitio a su lado. Iba a darle las gracias pero el estruendo que hizo el profesor me hizo dar un bote en mi asiento y girarme a verlo. Había dejado los libros en la mesa con un golpe seco, se veía más malhumorado que cuando entró en el aula de profesores insultando al ¿Aire? Este señor está loco, qué miedo. Miré a Liam asustada, haciéndolo reir. Empecé a reir yo también, pero cuando me quise dar cuenta ya teníamos al profesor delante de nosotros dos, con los brazos cruzados sobre el pecho y peor cara que antes, si eso era posible.
-¿Me podríais decir que os hace tanta gracia?- Liam y yo ya habíamos dejado de reir, mirando al profesor realmente asustados esta vez. Le eché una rápida miradita a Liam, pero él no contestaba. Y yo no iba a decir que me estaba riendo porque él estaba loco-. ¿Nada?- sonrió irónico-. Al pasillo, los dos- gritó lleno de furia. Recogimos nuestras cosas y sin rechistar salimos de allí. Caminé un poco lejos de la puerta hasta encontrar un sitio perfecto para sentarme en el suelo y apoyar la espalda en la pared. Dejé el libro a mi lado.
-Ya van tres veces que me manda al pasillo y acabamos de empezar el curso- refunfuñó Liam sentándose a mi lado en el suelo.
-Para mí ya son dos- le saqué la lengua, haciéndolo reir-. Creo que no vendré más a sus clases y solo iré a los exámenes y me pondré al lado de James para copiarle.
-No, yo me pondré al lado de James- entrecerró los ojos, pero estalló en carcajadas poco después.
-Ya veo lo poco que me quieres- antes de que pudiese pensarlo, ya lo había dicho. Liam abrió los ojos, un poco sorprendido y yo no podía con la vergüenza que estaba pasando. Le apareció una media sonrisa en los labios, sonrojándose levemente.
-Claro que te quiero Ann- murmuró tímidamente. Podía jurar que oía fuertemente los latidos de mi corazón acelerarse. Me ardía la cara, más que nunca en mi vida y por un momento pensé que iba a estallar. Decidí no decir nada, simplemente porque las palabras no salían de mi garganta. Apoyé mi cabeza en su hombro justo como había hecho esta mañana.
-No te devolví el jersey- comenté en un murmuro cuando por fin conseguí hablar. Liam se puso a jugar con los dedos de mi mano, distraído.
-No importa Ann, esta tarde me lo devuelves- murmuró de vuelta, concentrado en hacer ondas con mi dedo índice. Reí tiernamente de su adorabilidad, porque él era realmente adorable. Estuvimos un rato más en silencio. Él todavía jugando con mis dedos, y yo mirando como lo hacía. Hasta que me decidí a decirle lo que hacía rato quería decirle.
-Yo también te quiero, Liam- fue más un susurro, pero sé de sobras que me escuchó. Besé su mejilla rápidamente para después volver a la posición de antes, notando una gran sonrisa en su rostro.




Muero de amor aw. Anyway, hola chicas (: Esto ya es un record, es el tercer capítulo que subo en este mes cuando llevaba subiendo los otros uno cada mes, oops. Lo siento por no subir tanto como solía hacerlo con los caps de mi otra novela. Me estoy poniendo las pilas para escribir tan rápido y seguido como hacía antes. Bueno, espero que os haya gustado el capítulo e intentaré subir antes del día 3O. No prometo nada, pero si no entonces subiré más tarde. Sorryyy. Os quiero xx
P.D. Mañana mi amiga y yo iremos a ver The Vamps omg ya que tocan en el Primavera Pop en Barcelona y mi padre nos llevará jiji anyway, bye!

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