sábado, 3 de mayo de 2014

Chapter twenty two.



*Annie Stonem*

¿Por qué tuve que aceptar irme de clase con Zayn y escaparnos a quién sabe dónde? No podía parar de preguntarme la misma pregunta una y otra vez mientras corríamos sigilosamente entre pasillos vacios. Zay era demasiado rápido, ya no podía aguantar su ritmo; pero el miedo de ser pillada me daba un pequeño empujón para seguir corriendo como alma que lleva el diablo. Al llegar a la entrada del colegio, Zayn se paró un momento, todavía cogiendo mi brazo, y miró de un lado al otro antes de echar a correr de nuevo y salir a fuera. Cuando llegamos a la mesa de piedra me tiré, literalmente, a la hierba. Estaba muerta de cansancio. Rodé sobre mi misma y en cuanto puse los ojos en los de Zayn, empezó a reirse como el loco chico que era. Sonreí, era muy tierno verlo reir de esa forma.
-Estoy muerta Zay, no puedo más- refunfuñé, sin dejar la sonrisa. No podía parecer enfadada con él.
-Lo siento, creí que venía alguien- se tumbó a mi lado, observando las nubes.
-¿Y al final venía alguien o qué?- pregunté enarcando la ceja.
-Me temo que no- volvió a carcajearse. Le pegué un puñetazo en el hombro pero eso solo incrementó su risa. Acabé riendo con él-. Oops, acaba de vibrarme el móvil- anunció, sacándolo de su bolsillo. Revisó lo que fuese que había en la pantalla y levantó medio cuerpo de golpe, quedando sentado. Imité su acto, riendo por la cara de emoción que llevaba.
-¿Qué ocurre?- empujé su hombro con el dedo, curiosa. Me puso la pantalla de su móvil delante de la cara, pero tan cerca que tuve que alejar su mano para dejarme ver qué era lo que me estaba enseñando. Abrí la boca a más no poder, miré a Zayn todavía con esa expresión, y sin previo aviso nos pusimos a gritar como un par de crias. Momento fangirl, lo siento-. Eres un maldito suertudo- chillé abrazándolo. Me abrazó de vuelta fuertemente.
-Llevo esperando este momento desde hace siglos- aseguró, dándole énfasi a la última palabra.
-Me alegro mucho por ti Zayn- le tiré de la oreja, sacándole la lengua. Y os preguntaréis, ¿Qué demonios ha pasado? Pues que al maldito suertudo de Zayn le acaban de seguir Little Mix en Twitter. Zay y yo nos declaramos grandes fans de ellas.
-Ahora tengo una duda, ¿Y si la que me ha dado el follow ha sido Perrie?- empezó a morderse las uñas-. Mi futura esposa me acaba de seguir, no puedo asimilarlo- se tumbó de nueva en la hierba, con los ojos bien abiertos.
-¿Pero y si ha sido Jade, o Jesy o- me interrumpió, incorporándose de nuevo.
-¡Shh, calla, no digas nada! Déjame soñar- rió divertido. Rodé los ojos mientras sonreía.
-Así que tu preferida es Perrie, ¿Eh?
-¿Obvio?- preguntó riendo-. Será mi futura esposa. Nos casaremos en alguna isla tropical, le dejaré decidir a ella, y tendremos tres hijos, dos chicos y una chica. Viviremos en una casa gigante y tú serás nuestra vecina. Una vieja solterona con siete gatos- le pegué un puñetazo, aún así riendo por su historia-. Era broma Annie, tú vivirás con tu marido; quién quiera que tú quieras que sea- sonrió.
-No me decido- confesé-. Estoy entre mi ángel pelirrojo o mi aussie preferido- Zayn me miró confundido, haciéndome reir-. Ed Sheeran o Ashton Irwin, tonto. Lo que pasa es que Ed siempre me ha encantado y llevo enamorada de él desde siempre pero la diferencia de edad es demasiada y Ashton también me gusta y tampoco es tanta edad de diferencia pero no es que me encante tanto como Ed- suspiré.
-Problemas en el planeta fangirl- canturreó mi mejor amigo, para después empezar a reir.
-Oh claro, como tú ya tienes toda tu vida con Perrie planeada- rodé los ojos, riendo internamente por nuestra conversación-. Pero, ¿Y si ella no se quiere casar en una isla tropical? ¿Y si en vez de dos chicos y una chica, tenéis dos chicas y un chico? ¿O todo chicos? ¿O todo chicas? ¿Y si yo no quiero ser tu vecina?- Zayn me interrumpió tapándome la boca con la mano.
-¡Basta ya! ¡Estás arruinando mi futuro!- chilló.
-Pero si todavía falta mucho- carcajeé.
-Pues déjame soñar- me sacó la lengua.
Me tumbé de nuevo en la hierba, riendo a más no poder.

*Niall Horan*

El profesor terminó de repartirnos los ejercicios y se excusó un momento, saliendo de clase al segundo después. Miré frustrado la hoja delante de mis ojos. Me giré a mirar a Ori, quien ya había empezado a escribir números.
-No entiendo ni un pimiento- le dije con el ceño fruncido. Levantó la cabeza y sonrió dulcemente cuando hice un puchero con los labios. Las chicas nunca se resisten a este sexy irlandés.
-Si prestases más atención en clase- rió. Señaló el primer ejercicio con su lápiz-. Esto lo repasamos la semana pasada Niall, y encima lo estudiamos hace dos años.
-Ori, cariño, el problema no viene de este año; no presté atención en mates nunca- palmeé su hombro, mis labios hechos una linea mientras asentía con la cabeza. Era un desastre en mates. Negó con la cabeza, riendo de nuevo.
-Muy mal rubito, muy mal- tocó la punta de mi nariz con su dedo índice y yo puse los ojos bizcos intentando ver la punta de ésta.
-A tí se te dan más o menos bien, ¿Verdad?- pregunté esperanzado.
-Sí, más o menos- sonrió divertida.
-¿Me darías clases?- supliqué juntando las manos delante de mi cara.
-Solo si prometes prestar más atención en clase- ladeó la cabeza, sonriendo de lado. Asentí repetidas veces con la cabeza.
-Está bien, lo prometo- finalmente dije, más feliz que una perdiz.
-Oh, y si prometes también pedirle una cita a Lucy Scott- mis mejillas se tiñeron de rojo. Aprobar la materia lo vale Niall, recuérdalo.
-Ugh está bien, pero solo porque quiero aprobar mates- rodé los ojos. Muy en el fondo de verdad quería esa cita con Lucy.
-Sí sí, lo que tú digas rubito- sonrió pícaramente y volvió a su hoja de ejercicios. Observé la mía durante lo que parecieron dos años, aunque solo pasaron cinco minutos, pero ya me había rendido. No tenía idea de nada.
-Oye Ori- llamé su atención y enseguida se giró a mirarme-. ¿Cómo se lo debo pedir?- murmuré tímidamente. No solía hablar de chicas que me gustaban muy a menudo. Me pellizcó la mejilla riendo suavemente y solo le dejé hacer porque quería su ayuda.
-Solo sé tú mismo y deja las cosas fluir- oh sí, un consejo genial. ¿Pero qué demonios digo?
-¿Sabes que eso no me ayuda en nada, verdad?
-Lo suponía- rió. Vamos bien, vamos bien-. ¿Te parece si te acompaño luego y se lo pides?- solo con pensar en eso empezaron a sudarme las manos. Miré a mi amiga asustado, y ella me abrazó de lado-. No se va a acabar el mundo Nialler, no me mires así- carcajeó.
-Pero seguro me dice que no- Oriana me miró como si acabase de decir que las naranjas son azules y negó con la cabeza.
-¡Cómo puedes decir eso!- casi gritó, incrédula-. Eres un chico adorable, dulce y muy guapo y sé de un par de chicas que estás loquitas por tí así que no digas nunca más en tu vida eso- besé su mejilla sonoramente. Sus palabras me habían hecho sentir un poco mejor y más confiado para pedirle la cita a Lucy.

*Zayn Malik*

Esperé a Annie junto a nuestras taquillas y después de unos cinco minutos apareció dando saltitos hasta llegar a mi lado. Besó mi mejilla, haciéndome sonreir. Guardó su libro de física dentro de su taquilla y de allí sacó también su skate.
-¿Vienes a casa?- sonrió ápliamente. Asentí con la cabeza, sacando de mientras el móvil del bolsillo de mi pantalón.
-Sip, pero primero llamaré a mi hermana para fardar de mi follow- Ann rió a carcajadas junto a mí. Que conste que quiero mucho a mi hermana, eh.
-Pon el altavoz cuando la llames- comentó Annie a risitas. Volví a asentir con la cabeza, divertido.
-Lo haré, lo haré- aseguré. Pasé un brazo por sus hombros justo cuando cruzamos la puerta de salida. Lo primero que encontramos al salir fue a Harry, Louis y Liam muy concentrados mirando fijamente a Niall y a Ori charlando con una chica pelirroja de la que no recordaba el nombre. Oriana no paraba de reirse disimuladamente, mientras Niall y la chica estaban más rojos que un tomate. Era tan adorable ver al irlandés colorado, que daban ganas de estrecharle las mejillas durante horas y no soltarlas nunca. Nos juntamos con los chicos que miraban la escena, aunque no se dieron cuenta de nuestra presencia hasta que carraspeé.
-Hola raritos- saludó Lou alegremente, dejando de mirarlos. Lo miré indignado por haberme llamado rarito. Rodó los ojos, sonriendo-. ¡Adivina lo que tengo Ann!
-¿Una chocolatina?- preguntó emocionada. Louis gritó 'BINGO' a todo pulmón, causando que todos los estudiantes que todavía estaban fuera del colegio charlando o lo que fuese, se girasen a mirarnos. Annie se encogió, avergonzada.
-Oops, perdón; ¿He gritado muy fuerte?- no pudimos evitar reirnos por la tonta pregunta del zanahorio. Seguro que hasta lo habían oído en China.
-No Lou, tranquilo; ha sido más como un susurro- Harry palmeó su hombro, irónico. Louis se cruzó de brazos.
-Sarcasmo el mínimo Harold.
-Ay, no te enfades Boo Bear- abrazó a Louis y éste no tardo mucho en devolverle el abrazo. Mientras los dos se abrazaban, Niall y Ori se reunieron con nosotros.
-¡Adivinad qué!- comentó Oriana emocionada. Niall resopló fastidiado, pero con las mejillas todavía rojas y una sonrisilla en los labios-. Niall tendrá una cita- movió las cejas de arriba a abajo varias veces.
-¿Con la chica pelirroja con la que hablábais?- pregunté. Ori asintió con la cabeza.
-Sí, se llama Lucy- pasó un brazo por los hombros de Nialler-. Estoy muy orgullosa de tí, duende.
-Gracias, supongo- rió divertido. Tenía todavía ese adorable sonrojo en las mejillas. Ann agarró la manga de mi chaqueta y tiró de ella, así que me giré a mirarla con una sonrisilla.
-Tengo hambre- se sobó la tripa-. Vamos a casa- suplicó enroscando su brazo al mío. Acepté riendo. Antes de marchar, Lou le dio la chocolatina a Annie. Nos despedimos de todos y nos fuimos rumbo a casa de mi bollito. A medio camino, decidí llamar a mi hermana, que ya seguro había llegado a casa.
-¿Sí, Zayn?- preguntó Waliyha al descolgar el teléfono. Puse el altavoz para que Annie también pudiese escuchar.
-Hola enana, adivina qué- canturreé divertido. La escuché reir.
-No sé, dime- instó.
-Adivina qué grupo de cuatro chicas de las que somos muy fans me han seguido hoy en Twitter- mi hermana jadeó, incrédula.
-¡Eres un maldito suertudo Zayn!- chilló-. ¡No me lo puedo creer!
-Ann dijo lo mismo- reí, recordando que ella también había dicho que era un maldito suertudo esta mañana-. Por cierto, llegaré más tarde así que dile a mamá que no vendré a comer.
-Ahora se lo digo- afirmó-. ¿Estás con Annie?
-Hola Waliyha- saludó Ann dulcemente.
-¡Hola Annie! A ver cuando te pasas por casa algún día de estos; te echamos de menos- ya me podía imaginar la carita que estaba poniendo mi hermana en estos momentos.
-Aw claro que me pasaré- aseguró sonriendo.
-¡Genial!- festejó felizmente-. ¿Te quedas a comer a su casa, verdad Zaynie?
-Sip; y no vulevas a llamarme Zaynie- me quejé.
-Está bien, está bien- carcajeó-. Te quiero idiota.
-Y yo a tí, tonta- sonreí, colgando segundos después. Llegamos a casa de Annie y mientras ella abría la puerta, se nos acercó alguien por detrás.
-¡BOO!- Ann y yo nos giramos chillando del susto, y Garrison se partía el culo de la risa seguramente más por el hecho de que yo había gritado como una niña.
-¡Estúpido!- gritó Annie riendo. Se acercó a él y le dio un golpe en el hombro.
-Lo siento chicos, no me he podido resistir- carcajeó fuertemente. Ann rodó los ojos, cruzada de brazos-. Está bien, ya paro- dijo riendo flojamente-. Mamá me ha mandado a decirte que te invita a comer el domingo ya que es su cumpleaños- anunció-. Oh, y Niall también vendrá así que supongo que no te aburrirás tanto- se encogió de hombros, haciendo una graciosa mueca con los labios.
-Aw bobo, tampoco me aburro tanto contigo- Ann le pellizcó una mejilla y Garrison se quejó con un gruñido.
-Lo que tú digas Stonem- pellizcó su nariz y se marchó a su casa con las manos en los bolsillos. Annie se acercó a mi oído.
-En realidad sí que me aburro- habló un poco fuerte.
-¡Te he oído!- gritó Garrison sin girarse.
-¡Ésa era la idea!- gritó Ann de vuelta, riendo-. Me muero de hambre, ¿Te apetece una pizza para comer?- se dirigió a mí mientras entrábamos por la puerta. Suspiró al darse cuenta del silencio en el que siempre estaba su casa. Pasé un brazo por su hombro y besé su mejilla, haciéndola reir. No me gustaba que Annie viviese sola, pero ésa había sido su elección y aunque ya lo hablamos una vez, no pensaba cambiar de idea.
-Una pizza será genial- sonreí. Ann dio una palmadita de alegria.
-¡Estupendo!- exclamó felizmente-. Si no te importa voy a quitarme el j- se interrumpió a sí misma, tontamente-. Oh mierda, el jersey de Liam- se sonrojó-; no se lo he devuelto.
-No creo que le vaya ha importar mucho- reí-. Ya se lo devolverás otro día Ann, no te preocupes por eso.
-¿Seguro?- se mordió el labio mirando el jersey que todavía tenía puesto. Rodó los ojos y se lo sacó mientras subía las escaleras. Pocos minutos después bajó con una coleta en el pelo y las mangas de su camiseta subidas hasta los codos-. Listo, solo tenemos que meter la pizza en el horno y a comer se ha dicho- sacó una pizza congelada para los dos, y mientras ella lo preparaba todo y la metía en el horno, yo puse la mesa. Al acabar me senté a ver un poco de televisión hasta que Annie me llamó para comer.
-¿Se te ha quemado un poco, no?- comenté divertido nada más ver la pizza medio chamuscada que había en la mesa. Annie asintió, carcajeándose fuertemente.
-No es la primera vez que me pasa. Pero te juro que está igual de rica- aseguró, todavía riendo.
-Eso lo decidirá mi estómago, querida Ann- corté la pizza en cuatro porciones y llevé una a mi boca. Bueno, sí que estaba buena. No deliciosa, pero comestible. Cuando nos acabamos la pizza, ayudé a Annie a lavar los platos, vasos y cubiertos que habíamos utilizado y nos sentamos en el sofá con un helado grande de chocolate y dos cucharas viendo una película que echaban por la televisión. A media película me cansé de lo aburrida que era, así que decidí sacar el tema que hacía rato quería hablar con Annie-. Oye Ann- zarandeé su brazo, haciendo que casi un pedazo de helado que había en su cuchara cayese al suelo.
-Zayn- refunfuñó y riendo le dije que lo sentía-. Bah, déjalo. ¿Qué querías?
-¿Me explicarías qué pasó en el South London High?- Annie dejó el helado en la mesa que había delante de nosotros. Soltó un suspiro tembloroso.
-Está bien, pero prométeme una cosa- se mordió el labio, jugando con sus manos inquietas.
-Lo que sea.
-No harás nada.
-¿Qué?- pregunté confundido.
-Cuando te lo explique lo entederás, pero prométemelo, por favor.
-Lo prometo- asentí con la cabeza, pero crucé los dedos detrás de mi espalda, por si acaso.



Hola! Esta vez no he tardado mucho en subir, eh? Bueno, supongo que estar en mi pueblo sin wifi y nada más que hacer ayuda a que escriba más so yep. Todavía estoy por ahí y volveré mañana a Barcelona pero estoy en un bar donde hay wifi así que aquí tenéis el capítulo, que quizás es un poco corto pero lo tenía que dejar así, sorry. Espero que os guste. Os quiero! x

1 comentario: