lunes, 13 de octubre de 2014

Chapter thirty seven.




*Zayn Malik*

-Zayn- suspiró la directora. Un suspiro largo, cansado-. ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué pegaste a Cameron?- apoyó los codos sobre la mesa, inclinándose para escucharme mejor. Se había pasado diez minutos dándome un discursito hasta que se cansó y se sentó. Y la verdad, ya me estaba pareciendo un poco raro que no estuviese llamando a mi madre en este mismo instante. Aunque mejor no molestarla. Imitando a la directora, largué un suspiro, con un sabor amargo en la boca por las palabras que iba a pronunciar.
-Me llamó terrorista en la cara; y eso, indirectamente, también es insultar a mi familia, cosa que no tolero- fruncí el ceño, bajando la mirada a mis manos que reposaban en mi regazo.
-Te diré una cosa Zayn- después de unos cortos minutos, la directora habló, así que levanté la mirada-. Esto no está bien que lo diga, pero se merecía ese golpe- quedé totalmente impresionado por sus palabras, y ella rió por mi cara de pasmado-. No se lo digas a nadie, ¿Está bien?- asentí rápidamente-. Cameron recibirá un castigo en tu lugar, y si vuelve a decir algo por el estilo, dímelo Zayn. No podemos permitir esto- bajé la cabeza, otra vez contemplando mis manos-. Pero intenta controlar tus impulsos violentos, ¿De acuerdo?- le enseñé mi pulgar, no queriendo prometer algo que sabía que realmente no conseguiría-. Está bien- sonrió, empujando sus gafas por el puente de la nariz hasta que volvieron a su posición correcta-, puedes irte.
-¿No llamará a mi madre o- me interrumpió, riendo suavemente. Me levanté de mi asiento.
-No por esta vez, pero si se vuelve a repetir tendré que avisarla, Zayn- aparté mi mirada y asentí con la cabeza. Sacudí mi mano, y salí de su despacho, sin siquiera volver a mirar atrás.
Como solo quedaban pocos minutos para que sonase el timbre, me escabullí dentro de la vacía sala de arte. Encendí las luces, cerrando la puerta cuidadosamente detrás de mí. No quería que nadie se enterase que había venido. Hacía mucho que no lo hacía, la verdad.
Encontré hojas blancas escondidas entre dibujos que el profesor guardaba durante el año, y saqué un lápiz y una goma de una cajita metálica con otros utensilios de dibujo. Y sí, me gustaba dibujar cuando solamente quería estar solo, o simplemente pensar. Me senté en una de las mesas del fondo, escondido tras una estúpida planta de plástico que nadie sabía por qué la habían puesto allí. O quizás fue para dibujarla, así que eso mismo hice. Necesitaba más que nada este pequeño momento de paz para aclarar mis ideas y poco a poco, quitar ese mal sabor de boca que todavía me perduraba con las palabras de Cameron. Nunca odié tanto a ese niño pijo hasta ahora. No entendía qué demonios le había cogido conmigo, pero desde séptimo grado que no me dejaba los nervios tranquilos. Nunca me metí con él, ni siquiera nos conocíamos realmente bien, pero de un día para el otro se convirtió en un incordio. Como esas moscas que te zumban en la oreja hasta que te vuelves para darles un manotazo. No habría podido describir mejor la situación. Cameron era la maldita mosca, y éste, por fin, había sido el manotazo que tanto se merecía. Puñetazo, para ser exactos. Realmente nunca me peleé con él hasta el punto de pegarle, pero una cosa era meterse conmigo, y otra, muy diferente, meterse con la gente que más quería. Todavía me arrepiento de no haberle dado su merecido cuando empezó a meterse con Annie, así que el golpe de hoy, venía cargado con la rabia contenida de ocasiones anteriores.

*Annie Stonem*

No vi a Zayn durante toda la hora libre, y aunque le peté el móvil a mensajes (algunos un poquito desagradables, pero siempre con amor), no contestó ninguno. Ni siquiera salía que los hubiese mirado. Así que llegué a la conclusión de que no tenía el móvil encima. Annie para Sherlock, señoras y señores. Igualmente me preocupaba no ver a mi mejor amigo. Quizás la directora lo había mandado a casa, pero estaba segura de que si eso hubiese pasado Zay me había mandado un mensaje para avisarme, o algo. No puede desaparecer así como así. Cuando la hora libre acabó, me colgué del brazo de Harry para ir con todos al taller de música. Una vez llegamos, literalmente corrí a los brazos de Zayn, quien estaba allí sentado en su sitio habitual.
-Hey Ann- rió suavemente, devolviéndome el abrazo.
-¿Dónde estabas?- me separé de él para sentarme a su lado, haciendo un pucherito con los labios.
-Por ahí- se encogió de hombros, por lo que fruncí el ceño ante su respuesta. Zay me sonrió, inocentemente, cuando el profesor Abbot entró en clase.
-Buenos días, chicos- saludó el profesor, sentándose encima de su mesa-. Hoy vamos a tener una pequeña representación de bandas. Quiero decir, vamos a emplear la primera hora para que podáis ensayar una canción, no tiene por qué ser la de la competición de bandas sin embargo, y para la segunda hora, vendréis aquí delante a tocar algo frente al resto de la clase. Y dicho esto, podéis empezar a ensayar.
Como siempre hacíamos, nos sentamos al final de la clase. Niall y yo cogimos dos guitarras para poder, al menos, tener dos instrumentos con los que acompañar la canción. Aunque íbamos a hacer lo mismo, vaya.
-¿Qué canción vamos a cantar, por cierto?- preguntó Harry, despeinándose los rizos con la mano.
-Annie quiere cantar- anunció Zayn, riendo. Lo miré bocabierta, para después pegarle un buen puñetazo en el brazo. Ni siquiera yo había dicho eso; Zayn deliraba.
-No seas capullo, Zay- me crucé de brazos, volviendo a fruncir el ceño. Todavía estaba molesta por haberse hecho el misterioso conmigo.
-Dejad de ser críos de cinco años y centraos- interrumpió Louis cuando el moreno iba a abrir la boca. Ambos le sacamos la lengua, cosa que le hizo reir a carcajadas-. ¿Qué os parece Flaws, de Bastille? Tocamos la versión acústica y ya- sonrió.
-¡Sí!- aplaudí, realmente feliz-. Me encanta esta canción, y creo que todavía me acuerdo de los acordes.
-Genial- sonrió Niall-. ¿Vas a cantar con nosotros, verdad?- me preguntó, pero en seguida negué con la cabeza infinidad de veces-. ¿Por qué no? Cantas muy bien Annie- hizo un tierno puchero que derritió mi corazón. ¿Por qué tenía que ser un duende tan adorable? Finalmente, rodando los ojos, acepté cantar con ellos. Pasamos el resto de la primera hora ensayando para la canción; aunque más bien consistió en un Zayn que no se acababa de aprender la letra y las risitas y bromas constantes de Louis que no nos dejaban practicar en paz. Íbamos a hacer el rídiculo, podía verlo.
-Muchas gracias Snatch- el profesor asintió con la cabeza hacia el grupo de tres chicas que acababan de versionar Umbrella de Rihanna. Volvieron a sus sitios, mientras mentalmente me reía por el nombre que las chicas habían elegido para su banda. Sí, lo siento, me daba risa-. Ahora saldrá- hizo una pausa para mirar en su libreta-: One Direction.
-Mierda- murmuré por lo bajo, causando las risas de Zayn y Niall. A regañadientes me levanté de mi asiento y escondida detrás de mi pelo, hice camino hasta delante de la clase. Encima, como si ya no fuese suficiente, solo había una guitarra disponible y por insistencia de todos, me tocó a mí ser la guitarrista, además de cantante. Sé que ya canté y toqué la otra vez, yo sola, pero esta vez tenía la presión de estar en un grupo. Tenía miedo de cagarla y por conseqüencia, hacer quedar mal a mis amigos. Era el miedo de no ser capaz de estar al mismo nivel que mis talentosos compañeros, y arruinarlo todo. Pero era lo que me tocaba hacer, no tenía otra elección. Me pasé la correa de la guitarra por el hombro, dibujé el primer acorde con mis dedos sobre el mástil y suspirando, empecé a rasguear las cuerdas.
-When all of your flaws and all of my flaws are laid out one by one, a wonderful part of the mess that we made we pick ourselves undone- cantó Liam, y la parte irracional de mi cabeza relacionó esas líneas de la canción con nosotros. Concéntrate, Annie.
-All of your flaws and all of my flaws they lie there hand in hand, ones we've inherited, ones that we learned, they pass from man to man- siguió Louis. Tragué saliva, preparándome mentalmente para cantar el estribillo todos juntos.
-There's a hole in my soul, I can't fill it I can't fill it, there's a hole in my soul, can you fill it? Can you fill it?
-You have always worn your flaws upon your sleeve and I have always buried them deep beneath the ground, dig them up, let's finish what we've started, dig them up, so nothing's left unturned- siguió Niall, sonriendo.
-All of your flaws and all of my flaws, when they have been exhumed, we'll see that we need them to be who we are without them we'd be doomed- sorpresivamente, Zayn no se equivocó con la letra.
-There's a hole in my soul, I can't fill it I can't fill it, there's a hole in my soul, can you fill it? Can you fill it?- volvimos a cantar el estribillo todos juntos, y instintivamente apretando el mástil de la guitarra más fuerte, seguí cantando la parte que ahora me tocaba:-. You have always worn your flaws upon your sleeve and I have always buried them deep beneath the ground, dig them up, let's finish what we've started, dig them up, so nothing's left unturned.
-When all of your flaws and all of my flaws are counted, when all of your flaws and all of my flaws are counted- entonaron Harry y Zayn, juntos.
-You have always worn your flaws upon your sleeve and I have always buried them deep beneath the ground, dig them up, let's finish what we've started, dig them up, so nothing's left unturned- continuó Harry, dando paso al último verso de la canción.
-When all of your flaws and all of my flaws are laid out one by one, a wonderful part of the mess that we made we pick ourselves undone- finalizó Liam, y toda la clase estalló en aplausos. Mis mejillas, a su vez, estallaron en infinitas tonalidades de rojo. Pero lo había hecho, bien, y eso era lo que contaba.

*Oriana Núñez*

Por alguna extraña razón, el universo se había puesto en contra de mí y la señorita White, Diana, me había mandado a pintar decorados mientras ella hacía no-sé-qué con otros alumnos de la clase de teatro. Como por ejemplo, mi suertudo novio. No entendía qué mosca le había picado a Diana, pero cinco minutos después de empezar la clase, nos mandó a mí y a otros nueve alumnos detrás del escenario a pintar decorados inacabados; que encima estaba segura que nunca más se iban a utilizar. Yo solamente quería practicar mi papel y punto. Pero no, el universo en contra de Oriana. Cogí la brocha con más fuerza y acabé de rematar con pintura blanca una medio luna que apareció en mi camino hace media hora.
-Disculpa- una voz femenina llamó mi atención. Levanté la vista, dejando la brocha dentro el bote de pintura-, ¿Sabes dónde podría encontrar pintura blanca?- me reí nerviosa, yo era la que tenía el último bote.
-Yo tengo, aunque era el último que quedaba. Pero podemos compartirlo, si quieres- sonreí, ganándome una linda sonrisa de parte de la castaña que me había hablado.
-Claro- se sentó a mi lado, con un trozo de cartón en las manos-. Me llamo Eleanor- tendió su mano, y volviendo a dejar la brocha dentro del bote de pintura, se la estreché.
-Oriana, un gusto- reí levemente-. ¿Para qué necesitas la pintura blanca, por cierto?- cogí la brocha de nuevo, y ella mojó la suya en la pintura.
-Me han mandado pintar esto de blanco- se encogió de hombros-, pero realmente no sé por qué- carcajeó.
-Yo tampoco sé por qué estoy pintando esta luna, si lo único que quiero hacer es practicar mi papel- resoplé. Eleanor me envió una mirada comprensiva.
-Yo creo que Diana me tiene manía- me contó, hablando bajito, como si fuese un secreto. La miré extrañada, ya que a la profesora White parecía gustarle todos sus alumnos.
-¿Eso crees?- enarqué una ceja, y ella asintió con la cabeza realmente convencida.
-El año pasado, la obra que íbamos a representar, me aprendí el papel de la protagonista de pies a cabeza, y aunque muchos de mis compañeros me dijeron que fui la que sin duda mejor lo hizo, no me escogió. Ni siquiera para un papel secundario. Ala, a montar decorados- elevó las manos al cielo, indignada.
-Qué fuerte- me tapé la boca con mi mano libre. La de cosas que una se entera.
-Así que llegué a la conclusión de que o me odia o me tiene una manía que no se aguanta, y mira que llegué nueva el año pasado- rodó los ojos, esparciendo la pintura blanca por el cartón-. El universo está en contra de mí- no pude evitar reirme; era justo lo que yo había dicho.
-Y eso que has dicho, ¿En serio viniste nueva el año pasado?- asintió con la cabeza-. Perdón que te lo diga, pero hoy es la primera vez que te veo- me mordí el labio, pero para mi sorpresa, Eleanor se rió a carcajadas.
-No pasa nada- sonrió divertida-. En realidad, intenté pasar desapercibida porque no sé, estaba un poco intimidada al llegar a una nueva ciudad y no conocer a nadie, ya sabes- rodó los ojos, riendo ligeramente poco después-; y supongo que conseguí mi objetivo.
-¿Y no hiciste ningún amigo o algo?- pregunté, un poco cortada. No sabía como se iba a tomar mi pregunta, la verdad.
-Nop- recalcó la p, sin ningún rastro de tristeza en la voz. De alguna forma eso me hizo sonreir. No tenía a nadie; pero ahora me tenía a mí, y a otros seis idiotas que seguro que también le caerían bien.
-¿Pues sabes qué?- ella negó con la cabeza, confundida-. Hoy te voy a presentar a mis amigos- volvió a negar con la cabeza, ahora nerviosa.
-No hace falta, Oriana, soy un bicho raro, no quiero asustarles- bajó la mirada al bote de pintura, colocado en medio de nosotras. Me reí a carcajadas.
-Mis amigos son los bichos más raros del universo, no te preocupes por eso Eleanor- me regaló una sonrisa, así que tomé eso como una aceptación a mi invitación anterior.

*Harry Styles*

El profesor Abbot nos dejó salir de clase diez minutos antes del timbre. No teníamos nada mejor que hacer y ya todos los grupos habían cantado sus versiones de canciones, así que por esa razón nos dejó. Ya que Niall y Annie morían de hambre, o al menos eso decían ellos, nos dirigimos todos a la cafetería. No había nadie aún, pero ya podíamos coger nuestro almuerzo. Me cogí un plato de nuggets de pollo (cosa un poco rara porque solo los hacían cuando era un día especial) y un refresco y me senté en mi sitio de siempre al lado del rubio, quien disfrutaba también de unos nuggets con ketchup. Se hacía un poco raro no escuchar el bullicio constante que caracterizaba la cafetería, pero pocos minutos después, cuando sonó el timbre, en seguida se llenó de alumnos.
-¡Hola chicos!- saludó Oriana llegando a nuestro lado, colgada del brazo de una castaña que no había visto nunca-. Os presento a Eleanor- la chica sonrió, agitando la mano en el aire, pero sin mirar a nadie en absoluto.
-Hola Eleanor- saludó Niall, y los demás hicimos lo mismo-. ¿Eres nueva?- añadió, mordiendo después su comida.
-No, bueno, no realmente- se encogió de hombros, sentándose al lado de Ori-. Vine nueva el año pasado, pero supongo que he pasado muy desapercibida. Aunque ése era mi propósito- rió.
-¿Y eso?- pregunté yo, extrañado.
-No lo sé, acababa de llegar de una nueva ciudad y pues estaba un poco asustada- volvió a encogerse de hombros-. Oriana ha sido prácticamente la primera persona que ha establecido una conversación de más de cinco minutos conmigo, en este instituto.
-Pero ahora serás nuestra amiga- intervino Ori, y todos nosotros asentimos con una sonrisa en la cara.
-No te librarás de nosotros tan fácilmente- Louis intentó imitar una risa maligna, pero acabó con él tosiendo sin parar y todos los restantes riendo a más no poder, incluyéndome.
-Oops, tengo ketchup en el dedo- rió Annie y sin decir nada, Niall cogió su dedo e intentó morderlo-. ¡Niall Horan!- chilló ella, apartando el dedo rápidamente. Me dolía la barriga de lo mucho que me estaba riendo-. Si quieres morder algo que sea a tu novia.
-¡Annie!- exclamó el rubio, con las mejillas teñidas de un fuerte color rojo. Juro que no podía dejar de reir, y viendo el panorama que había en la mesa, los otros seguramente tampoco podían.
-Hablando de Lucy- murmuró Liam divertido, y todos giramos la cara para ver a la pelirroja caminando hacia donde estábamos.
-Hola Nialler- se sentó al lado del duende, dándole un beso en la mejilla para después dejar su bandeja en la mesa. Quizás había olvidado comentar el hecho de que Lucy llevaba sentándose con nosotros desde la semana pasada, por insistencia de Niall-. Hola chicos- sonrió, saludando al resto.
-Lucy, ella es Eleanor- comentó su novio, señalando a la castaña. Ésta sonrió y sacudió la mano-. Es nuestra nueva amiga- rió.
-Aw, encantada Eleanor- le sonrió de vuelta.
-¡Hey, Zayn!- exclamó Oriana de golpe, casi interrumpiendo a Lucy-. ¿Cómo te ha ido con la directora?
-Oh, sí Zay, ¿Cómo te ha ido con la directora?- repitió la skater, enarcando una ceja. ¿Qué demonios me he perdido yo aquí?
-¿Qué ha pasado?- preguntó Liam, casi leyéndome el pensamiento.
-Cameron- medio explicó Oriana-. Eso lo resume todo- se encogió de hombros, mordiendo su manzana.
-¿Ese capullo? Dime que no le has pegado, Zayn- Louis se cruzó de brazos, raramente serio.
-Oh, sí que lo ha hecho. Y en medio de clase- intervino Ori, y todos clavamos la mirada en Zayn.
-Mirad chicos, no quiero volver a hablar de esto pero se pasó de la raya, y mucho, y no pude contenerme- jugueteó con las patatas fritas de su bandeja. Ann rodeó sus hombros con el brazo para poder abrazarle, y le susurró algo en el oído que nadie más pudo escuchar.



Ahora mismo debería estar estudiando para un examen pero os he subido capítulo. Lo he acabado hace como diez minutos?? Y no sabía que más poner la verdad ugh y así ha quedado lol. Espero que os haya gustado y si no pues muy mal porque encima de que os escribo capítulo el día antes de un examen, y ni siquiera he estudiado nada. Bien por mí, yep. Anyway, os quiero y nos vemos (lo intentaré) pronto. xx

viernes, 26 de septiembre de 2014

Chapter thirty six.

 
 
 
 
*Oriana Núñez*
 
Durante las dos semanas siguientes, todo volvió a la normalidad. Edward mi novio; Harry mi amigo. Conseguí dejar de lado el tema de las notas, pero muchas veces, por la noche, una sinfinidad de preguntas aparecían en mi mente. La más importante, sin embargo, estaba escrita en letras mayúsculas y con luces de neón; ¿Sentirá Harry lo mismo que siento por él?
Me golpeé mentalmente en la cara por pensar tal cosa. Habían dos problemas con esa pregunta. Harry no podía sentir lo mismo, y yo no podía sentir eso por Harry. Pero lo hacía, y eso era lo que más me jodía, porque quería a Edward. Tenía un batiburullo de pensamientos en mi cabeza, contradicciones, reproches y malas caras que me ponía a mí misma. Tenía que dejar de pensar en eso de una buena vez por todas, o la cabeza me explotaría. Quería a Edward, estaba con Edward; fin. Harry es mi amigo. No hay más discusión.
-¡Oriana!- exclamó la voz de mi irlandés favorito. Giré sobre mis talones para encontrarme a Louis, Niall y Liam. Apreté el abrigo contra mi pecho, en busca de un poco de calor, mientras me acercaba a ellos.
-Hola chicos- sonreí. Ambos, Niall y Louis, besaron cada uno una mejilla al mismo tiempo, mientras que Liam me sacó la lengua juguetonamente-. ¿Podemos entrar? No quiero conventirme en cubito de hielo.
-Claro, porque si no cuando Edward te besase se le quedaría la lengua pegada- rió a carcajada limpia, levantando la palma en el aire para que Nialler la chocase; pero él solo negó con la cabeza a la vez que Liam y yo nos golpeábamos la frente por su estupidez.
-Recuérdame por qué soy tu amigo- Liam le palmeó el hombro, y todos reímos ante la cara de fastidio de Lou. Empezamos a caminar hasta que por fin estuvimos dentro del edificio y mis dientes, por suerte, dejaron de castañear con violencia. Ya estábamos a Noviembre así que el frío empezaba a notarse muchísimo más que antes.
-Oye, Ori, ¿Pero ya ves algo con el gorro y la bufanda? Casi no se te ve la cara- Niall se tapó la boca con la mano para ahogar su adorable risita. Me bajé la bufanda hasta debajo de la barbilla y levanté mi gorro hasta la mitad de la frente.
-Después de tantos años, una se acostumbra- me encogí de hombros. Liam se despidió de nosotros ya que ya habíamos llegado a su taquilla y los que quedábamos, seguimos caminando-. ¿Qué os toca ahora, chicos?
-No tengo ni idea pero seguro que será aburrido- Niall puso los ojos en blanco, cruzando los brazos sobre el pecho.
-Creo que me toca historia, con Ann- Lou dijo, pensativo-. ¿Y a tí, Ori?
Abrí mi taquilla cuando justo llegamos a ella y miré el horario colgado en la puertecilla metálica.
-Química- hice un puchero-. Nos vemos en hora libre- les lancé un beso con la mano mientras veía como se alejaban en el pasillo. Con el libro y la libreta que utilizaba en química, el estuche y una pequeña agenda en los brazos, cerré mi taquilla con cuidado de no dar un fuerte portazo. Me giré con el ánimo de dirigirme a clase, pero escuché mi nombre y me detuve a esperar a Zayn.
-Te juro que vuelo hasta mi taquilla y voy, no llego tarde- paró para recuperar el aliento, pero segundos después, volvió a echar a correr. Una pequeña risita escapó de mis labios mientras iba camino a clase.
 
*Annie Stonem*

Me levanté extrañada de no escuchar el despertador sonar. Quité perezosamente las pilas y pilas de mantas que me tapaban y después de dar un gran bostezo, fijé mi vista en la mesita de noche. Con la mano en mi boca, ahogué un grito al ver que solo faltaban quince minutos para que las clases empezaran. No había escuchado al puñetero despertador y ahora iba a llegar tarde, muy tarde. Extrañaba los gritos de Caleb para que me despertase cada mañana. Se fue hace menos de una semana de vuelta con su familia y amigos y ya lo echaba muchísimo de menos.
Entré al baño a la velocidad de la luz y en menos de lo que canta un gallo, ya estaba aseada y peinada decentemente. Con un rápido vistazo al armario, me despojé de mi pijama de algodón y rápidamente me puse un jersey granate con unos tejanos negros de talle alto, junto con mis Converse blancas. Agarré el primer gorrito que encontré encima de mi cómoda y comprobé tener la mochila hecha antes de descolgar el abrigo del armario y ponérmelo a toda prisa. Bajé las escaleras de dos en dos hasta llegar a la cocina, donde abrí todos los armarios que habían hasta que encontré un paquete de galletas que me iba a comer por el camino o en la hora libre. Seguro que por el camino no me iba a dar tiempo, ya que iba a ir lo más rápido que pudiese en skate. Y no queríamos un accidente. Guardé las llaves en el bolsillo de mi mochila después de cerrar la puerta de casa y eché el skate al suelo para poder subirme y ir al colegio, donde acababan de empezar clase, según la hora en mi móvil. Me iba a ganar un cástigo seguro, ya que la profesora de historia no era famosa por ser muy amable y comprensible; todo lo contrario. Me planteé la idea de quedarme vagando por los pasillos hasta la hora libre pero teníamos un examen de historia dentro de muy poco, así que al menos tenía que asistir; eso si la profesora me dejaba entrar en clase. Lo dudaba, pero por intentar no perdía nada.
Diez minutos pasados del primer timbre de la mañana llegué al instituto, jadeando. No me di el lujo de detenerme a recuperar el aire y bajándome del skate para recogerlo del suelo, eché a correr a mi taquilla. Cogí todo lo necesario para la clase, metiendo entonces el skate antes de cerrar la puertecilla de metal. La clase de historia no me quedaba muy lejos, así que fui andando con paso rápido. Toqué la puerta del aula dos veces con los nudillos, y se hizo silencio allí dentro. Unos pasos cansados se acercaron a la puerta, segundos después revelando la cara ya envejecida de la profesora de historia. Se puso roja como un tomate, y unas pronunciadas arrugas aparecieron en su frente mientras fruncía el ceño con desacuerdo.
-Éstas no son horas de llegar a clase, señorita Stonem- gruñó molesta, y siguió con un pequeño discursito sobre modales y puntualidad a sus clases. La mano de Louis me distrajo de la muy interesante charla en la que solo participaba la profesora delante mío. Me saludó, agitando la palma en el aire. Sonrió divertido, para después empezar a poner caras idiotas que me provocaron un ataque de risa; que provocó, a la vez, un ataque de furia a la profesora-. Al despacho de la directora, señorita Stonem. Ahora mismo- se acercó a su mesa, escribió algo en un papel y me lo entregó, cerrando la puerta en mis narices.
-Éstas no son horas de llegar, señorita Stonem. Al despacho de la directora, señorita Stonem- imité su irritante voz mientras caminaba hacia el despacho del anteriormente dicho. Cuando la pillabas de malas, siempre acababas reciviendo. Rodando los ojos con fastidio, seguí caminando hasta que llegué a la oficina de la directora. No había nadie fuera esperando su turno, y tampoco se escuchaban voces dentro, pero aún así llamé a la puerta por si acaso. Se escucho un 'adelante', así que entré.
-Vaya, Annie, ¿Qué te trae por aquí?- preguntó amablemente. Señaló la butaca frente a su escritorio y tomé asiento, entregándole después el papel que la profesora de historia me había dado-. ¿Mala conducta?- la directora ahogó una carcajada, leyendo lo que no me había molestado en leer del papel.
-He llegado tarde y solo me he reído un poco, pero porque Louis me estaba haciendo caras- me expliqué, moviendo las manos. La directora, ahora sí, rió libremente y me contagió su carcajada. No entendía qué hacía tanta gracia, pero me reí por solidaridad.
-Mira, Ann- dejó de reir, pero una sonrisa seguía adornando su rostro-; tú y yo sabemos que no eres una chica problemática, así que por hoy te voy a dejar libre, ¿Vale?- asentí con la cabeza-. Pero para la próxima ten más cuidado y no llegues tarde- volví a asentir con la cabeza, y me levanté de la butaca. Me despedí de la directora, y al salir de su oficina, me encontré a Zayn sentado en las sillas de fuera.
-¿Zayn?- reí levemente. El susodicho levantó la mirada, sorprendido de verme allí-. ¿Qué haces aquí?- me senté a su lado. Zay soltó un largo suspiro, jugando con sus dedos antes de darme una respuesta.
-He pegado a Cameron- murmuró.
 
*Zayn Malik*
 
Entré en clase de química y busqué con la mirada a Oriana, quien se encontraba sentada cerca de la ventana. Sonreí, acercándome a donde ella estaba, pero mi sonrisa se borró al ver a Cameron sentado un par de mesas cerca de donde Ori se había sentado. Todavía no había olvidado lo idiota que había sido con Annie el día que nos dejó, inintencionadamente, ver como realmente eran sus ojos, uno verde y el otro azul.
-Hola Zayn- saludó Oriana en cuanto me senté a su lado, pero no podía aparatar la mirada de Cameron, que a su vez, me miraba fijamente sin siquiera pestañear. Parecía querer retarme con la mirada. No iba a empezar una pelea en clase, así que finalmente aparté mis ojos de los suyos y le sonreí a Ori-. Oh vamos, Zay, ignora a Cameron- levantó los brazos en el aire, cansada-. Solo quiere provocarte para que seas tú el primero en pegarle y de ese modo, que te castiguen- explicó algo que ya sabía muy bien, pero simplemente no podía dejar escapar el hecho de que ofendió a mi mejor amiga.
-Lo sé, Ori, tendré cuidado- hablé para tranquilizarla, y ella me sonrió. La clase empezó a los pocos minutos, así que intenté prestar atención. Oriana y yo tomábamos apuntes, pero dejé de escribir cuando escuché unas risitas desagradables. Giré mi cabeza, encontrándome a Cameron y a uno de sus perritos falderos mirándome, riendo de algo desconocido para mí.
-¿Qué tal está la rarita?- vocalizó el idiota con los labios, sonriendo burlonamente. Apreté los puños sobre la mesa, y Ori, al notarlo, me dio un codazo. Negué con la cabeza, volviendo la vista a la pizarra para seguir anotando fórmulas. Las risas siguieron durante, aproximadamente, diez minutos; hasta que una bola de papel aterrizó delante de mi hoja donde estaba escribiendo y dejé de hacerlo para poder abrirla. Nada más leer lo que decía, algo que sinceramente, me enfureció, me levanté de mi asiento y a paso decidido me planté delante de Cameron, que a la vez, también se había levantado de su sitio. Seguía sonriendo con superioridad, sabiendo que tarde o temprano le lanzaría un puñetazo y en consecuencia, acabaría en el despacho de la directora.
-Atrévete a decírmelo en la cara, pedazo de mierda- exclamé entre dientes, agarrándolo por el cuello de la camiseta. Cameron rió burlón, de nuevo, y de verdad que me puso enfermo el sonido de su risa.
-Eres un maldito terrorista, Malik- allí ya había cruzado la línea de lo tolerable. No solo se estaba metiendo conmigo por mi nacionalidad, sino también, indirectamente, con mi familia. Y eso sí que no lo permitía. Cerré la mano con la que no agarraba a Cameron en un puño y la estampé en toda su cara, con toda la fuerza que pude reunir. Cuando vi como Cameron caía al suelo, dolorido, fue cuando me di cuenta del bullicio que se escuchaba en clase. Ni siquiera había prestado atención a los gritos ahogados que soltaron algunos al ver mi puño estampado en la cara del niño pijo, ni a los llamados furiosos del profesor, ni a los gritos de reproche de Oriana. Le pedí perdón con la mirada, justo antes de que la mano del profesor se detuviese en mi hombro, empujándome dirección a la puerta de clase. Me entregó un papel, cerrándome la puerta en la cara. Genial Zayn, al despacho de la directora. De nuevo. Al llegar, escuché voces dentro de la oficina, así que esperé sentado en una de las incómodas sillas de plástico hasta que pudiese entrar. Miré mis manos, no encontrando otra cosa más que hacer mientras estaba allí. Estaba seguro de que me iban a castigar, aquí y en casa. Ya que llamarían a mi madre, como muchas otras veces, y después de que la directora le explicase la situación, me enviarían a casa a 'reflexionar sobre mi mala conducta' y allí, mi madre me montaría un discursito que ya me sabía de memoria, del derecho y del revés, y me castigaría durante un mes entero. No era nada nuevo.
Escuché la puerta del despacho abrirse, pero no presté demasiado atención. No hasta que la voz de mi mejor amiga llamó mi nombre, sorprendiéndome. Para ser sincero, nunca esperaría encontrarme a Annie por aquí.
-¿Qué haces aquí?- preguntó, tomando asiento a mi lado. Suspiré, y empecé a jugar con los dedos. Realmente no quería decírselo, pero debía.
-He pegado a Cameron- murmuré, y reí ligeramente ante su cara de incredulidad.
-¿Por qué, Zay?- inquirió, con voz suave. Agité el papel amarillo delante de su cara.
-Tengo que entrar, Ann; luego te cuento- me levanté, así que ella imitó mi acto. Besé su frente con cuidado y entré al despacho, listo para el sermón.
 
*Louis Tomlinson*
 
Cuando la profesora de historia cerró la puerta de clase después de mandar a Annie al despacho de la directora, me sentí un poco mal. Solo un poco, sin embargo. Había sido divertido, aunque la habían castigado por mi culpa. La vieja mujer siguió explicando la aburrida Segunda Guerra Mundial mientras dibujaba cuadrados en la libreta de apuntes. No sé cómo me las arreglé para no morir de aburrimiento los minutos restantes de clase; sin Annie no era divertido. Finalmente, el esperado timbre sonó y antes de que la profesora nos deseara un buen fin de semana, ya todo el mundo había salido de clase. Fui directo a mi taquilla a dejar el libro, la libreta y el estuche, para después dirigirme al pequeño jardín donde siempre nos reuníamos en la hora libre. Niall y Harry ya estaban allí, sentados ambos en el banco de piedra, pero yo me senté en la mesa delante de ellos.
-Hola Boo Bear- saludó Niall, risueño. Enarqué un ceja y me giré a mirar a Harry, quien reía disimuladamente.
-¿Y a éste qué le pasa?- le pregunté, inclinándome hacia delante para poder despeinar sus rizos. Me dio un manotazo, enfadado.
-¡No toques mi pelo, Tommo!- exclamé, peinándose con los dedos-. Pasa que, finalmente- remarcó esa última palabra-, le ha pedido salir a Lucy y ella ha aceptado- Niall llevaba una sonrisa que no le cabía en la cara. Se le notaba realmente feliz.
-Siempre me pierdo las cosas buenas- refunfuñé, ganando una risotada de los dos tontitos-. ¿Y cuándo ha pasado eso?
-Hace menos de diez minutos, después de clase- habló Harry de nuevo.
-Entonces eso quiere decir que Nucy es real, chicos, por fin es real- levanté los brazos, dando un grito al aire. Nialler y Harry volvieron a carcajearse, divertidos ante la escena que estaba montando.
-¡Louis Tomlinson!- el grito de Annie me asustó, por lo que di un bote. La castaña venía caminando hacia nosotros con el ceño fruncido-. Has tenido muchísima suerte de que la directora no me haya castigado, porque te juro que te despedazaba vivo- amenazó, golpeándome en el brazo una vez se había sentado a mi lado.
-Lo siento Ann- pasé un brazo por sus hombros-; pero adivina qué.
-¿Qué?- preguntó, curiosa.
-Niall y Lucy estan saliendo, al fin- solté a la skater cuando ésta pegó un gritito agudo que me dejó prácticamente sordo. De un salto bajó de la mesa y abrazó al duende, aplastando su mejilla contra la cabeza de Niall.
-¡Adorable!- chilló, haciéndonos reir. Pero tenía razón, eran adorables.




Hello :) pff el capítulo es super corto pero no sabía qué más poner xc y tampoco quería haceros esperar más así que aquí esta el capítulo yaY. Al final subí esta novela en Wattpad en vez de la otra cx tenía demasiadas faltas y el principio no me gusta nada y dije bah, me rindo. Así que yep, subí ésta. Si queréis echar un vistazo aquí os dejo el link: http://www.wattpad.com/72324620-you-could-stay-with-me-forever
Espero que os haya gustado el capítulo, os quiero x

viernes, 19 de septiembre de 2014

Chapter thirty five.



*Oriana Núñez*

Durante toda la mañana del viernes, intenté ignorar lo mejor que pude a Harry y Edward sin que se notase mucho. Aunque fue complicado, ya que ese día tenía teatro con Edward, y por si no fuera bastante, tenía también arte, con ambos chicos. Después de lo que pasó en la fiesta no quería ver a ninguno de los dos. Cuando llegué ayer a casa, no pude conciliar el sueño hasta altas horas de la madrugada, dándole vueltas a un tema que hasta ahora me rondaba por la cabeza. Y más se instaló en mi cabeza para el resto del día cuando llegué al instituto y me encontré otra nota del chico anónimo en mi taquilla.

''Your hand fits in mine like it's made just for me - E''.
 
Eso solo me aclaró gran parte de mis dudas. Y si no estaba equivocada del todo con mis suposiciones. Todas las notas que había estado recibiendo, de algún modo, tenían relación con Harry. La E con la que el chico, ahora no tan anónimo, había firmado todas mis notas correspondía al segundo nombre de Harry, Edward. Casualmente el nombre de mi novio, y la razón por la cual pensé que fue él en un primer momento. Estaba totalmente confundida. No entendía del todo a qué juego me había metido Harry con todo el tema de las notas. No sabía si era una de sus bromas, o si realmente tenía algún significado detrás de todo eso. Pero tenía que averiguarlo, aunque no directamente, al menos por ahora.
 -¡Lou!- llamé al zanahorio cuando lo vi caminando por el pasillo dirección a la salida. Ya que ahora teníamos hora libre, seguro que se iba a reunir con los chicos en nuestro sitio de siempre, pero yo tenía otros planes para los dos. Se giró para comprobar quién lo había llamado, y sonrió cuando vio que fui yo-. Necesito hablar contigo- dije una vez llegué a su lado. Él se encogió de hombros, así que lo tomé como una respuesta afirmativa. Con un gesto de cabeza indiqué que me siguiese y empezó a caminar a mi lado. Miré a ambos lados del pasillo antes de entrar al aula de arte para comprobar que nadie nos viese y cerré la puerta detrás de mí después de que los dos ya estuviesemos allí dentro. Louis, de un salto, se sentó en una de las mesas, así que me senté a su lado.
 -¿De qué querías hablar, Ori?- me sonrió dulcemente. Tragué saliva, un tanto nerviosa.
 -Del chico de las notas; ya sé quien es- Lou me miró sorprendido.
 -¿Te lo ha dicho él?- preguntó, y enseguida negué con la cabeza, mordiéndome levemente el labio.
 -No, no me lo ha dicho- bajé la cabeza, pensativa-. ¿Es Harry, verdad?- tomé su silencio como un sí-. No entiendo qué está pasando, Louis.
 -Dime una cosa, primero de todo- asentí con la cabeza para que continuase-. ¿Cómo lo has sabido?
 -Por ayer en la fiesta. Edward me había enviado un mensaje diciéndome que él iba a ir de Superman y cuando llegué a la fiesta, se me acercó un Superman. Yo pensé que era mi novio, pero luego me di cuenta de que fue Harry. Entonces, no sé por qué la verdad, relacioné todo con las notas y todo tuvo sentido. Y me aclaré las dudas con la nota que he encontrado hoy- la saqué de mi bolsillo y se la entregué-. Harry me agarró la mano en la fiesta-. Lou me devolvió la nota, que volví a guardar en el bolsillo de mi pantalón-. ¿Qué debo hacer?- subí los pies a la mesa y enterré mi cara entre las rodillas. Sentí el brazo de Louis en mi espalda, dibujando círculos.
 -¿Qué sentiste cuando te diste cuenta de que fue Harry?- cerré más fuerte los ojos, buscando una respuesta que ya tenía, pero no quería admitirla.
 -Me sentí confundida, no lo sé, quizás un poco impresionada, sorprendida de todo este juego. Y me siento mal por Edward- esperaba que con la última frase entendiese lo que realmente sentí.
 -Todavía sientes algo por Harry- afirmó, y con el labio inferior entre mis dientes, asentí con la cabeza-. Nada de esto es un juego de Harry, Ori- dijo luego de unos minutos.
 -¿Entonces qué hago ahora?- suspiré, levantando la cabeza de mis piernas-. Estoy más que confundida Lou, no sé que demonios hacer.
 -Déjale un tiempo, ¿Vale? Harry tiene miedo. Y además, no puedes cortar con Edward así como así; porque lo quieres, ¿Verdad?
 -Sí, le quiero- me quedé con el 'pero' en la punta de la lengua, por lo que Louis enarcó una ceja-, pero también quiero a Harry.

*Annie Stonem*

Llegué al taller de música enganchada del brazo de Zayn, riendo uno de sus tontos chistes, justo antes de que sonase el timbre para dar inicio a la clase. Las sillas no estaban colocadas como normalmente, en pequeños círculos para las diferentes bandas, si no que todas estaban dispuestas en filas de cara a un pequeño escenario improvisado con un micrófono, una guitarra apoyada sobre una silla y un piano y una bateria al fondo. Miré a mi mejor amigo confundida, pero por la mirada que me dio adiviné que él tampoco sabía que pasaba. Zay se sentó al lado de Niall, quien había guardado dos puestos para nosotros, así que a mí me tocó sentarme en la esquina. El profesor Abbot, al ver que ya estábamos todos sentados ocupando la gran mayoría de las sillas, se levantó de la suya para explicar lo que fuese que íbamos a hacer hoy.
 -Hoy viernes, y la siguiente clase de la semana que viene, los vamos a dedicar a vuestros talentos musicales. Quiero que todos vosotros subáis a este improvisado pero eficiente escenario y os luzcáis con lo que mejor se os dé. Canto, piano, guitarra, bajo, lo que sea. Pero es obligatorio que todos vosotros subáis- oh no, voy a morir. Clavé las uñas en el antebrazo de Zayn, asustada. El moreno pegó un chillido ahogado por la palma de su mano, quitando su brazo lastimado de mis garras. Murmuré un 'lo siento' algo bajo, todavía con el miedo a flor de piel. No quería para nada tener que subir y tocar, ni mucho menos cantar. Pero el destino tenía que ser cruel conmigo.
 El profesor Abbot anunció que iba a llamarnos uno por uno aleatoriamente, sin seguir ningún orden específico, para darle un poco más de emoción. Palabras textuales del profesor. El primero fue un chico alto y desgarbado con gafas de pasta que tocó una canción de The Fray con el piano. Después de él, salieron un par de chicos más, una chica y luego de ella le tocó a Harry. Cantó Isn't She Lovely con su preciosa voz angelical y juro que se escucharon suspiros por toda el aula. Una vez terminó, volvió a su puesto sonriente. Me incliné hacia adelante para decirle lo bien que había cantado cuando escuché mi nombre y apellido. Me paralicé, y si no fuese porque Zayn me empujó fuera de mi silla, ahora no estaría caminando hacia el escenario.
 -Y bien Annie, ¿Cuál es tu especialidad?- el profesor Abbot se cruzó de brazos, apoyado en su escritorio, mirándome con una sonrisa en los labios. Me puse más nerviosa aún al notar muchos pares de ojos mirándome fijamente.
 -La guitarra- me encogí de hombros, pero antes de que el profesor pudiese decir algo más, un gritó que provenía de una voz que conocía muy bien lo interrumpió.
 -¡Y el canto!- exclamó el moreno. Fruncí el ceño en su dirección, por lo que él levantó su brazo mostrándome cuatro pequeños cortes rojos que se veían claramente-. Venganza- vocalizó con los labios, sin emitir sonido alguno. Rodé los ojos.
 -Genial Ann, canto y guitarra- el profesor Abbot asintió con la cabeza-. Puedes empezar cuando quieras- agarré la guitarra que todavía reposaba en la silla y pasé la correa por mi cuello, para así poder colgármela. 

Todavía no sabía qué iba a tocar, así que me tomé unos segundos para pensarlo mientras comprobaba que la guitarra estuviese bien afinada. Una canción pasó por mi cabeza y sonreí casi al instante, ya que por suerte me sabía los acordes perfectamente. Carraspeé, introduciendo el tema con la guitarra, preparándome mentalmente para hacer lo que nunca me atreví a hacer. Cantar delante de otras personas que no fuesen mis padres, Zayn o mi primo Caleb. 
-Beauty queen of only eighteen, she had some trouble with herself. He was always there to help her, she always belonged to someone else. I drove for miles and miles and wound up at your door. I've had you so many times but somehow I want more. I don't mind spending every day, out on your corner in the pouring rain. Look for the girl with the broken smile, ask her if she wants to stay a while. And she will be loved, and she will be loved- amaba esta canción porque mi voz quedaba bien con las notas altas, y obviamente porque la letra era preciosa-. Tap on my window, knock on my door, I want to make you feel beautiful. I know I tend to get so insecure, it doesn't matter anymore. It's not always rainbows and butterflies, it's compromise that moves us along, yeah. My heart is full and my door's always open you come anytime you want, yeah. I don't mind spending every day, out on your corner in the pouring rain. Look for the girl with the broken smile, ask her if she wants to stay a while. And she will be loved, and she will be loved. And she will be loved, and she will be loved. I know where you hide alone in your car, know all of the things that make you who you are. I know that goodbye means nothing at all. Comes back and begs me to catch her everytime she falls. Yeah, tap on my window, knock on my door, I want to make you feel beautiful. I don't mind spending every day, out on your corner in the pouring rain. Look for the girl with the broken smile, ask her if she wants to stay a while. And she will be loved, and she will be loved. And she will be loved, and she will be loved- con un par de acordes más acabé la canción, sin realmente querer alagarla hasta el final. Toda el aula estalló en aplausos, haciendo que mi cara se volviese de todos los tonos de rojo posibles. Con un pequeño movimiento de cabeza hacia el profesor, dejé la guitarra en la silla de antes y volví a mi lugar con la cabeza agachada.
 -Impresionante, bollito; has estado impresionante- giré mi cabeza, con el ceño fruncido. Hice de mi mano un puño y lo estampé en su hombro con fuerza, pero Zayn solo rió para después besar mi mejilla dulcemente.
 -Te odio Zayn Malik- resoplé, cruzándome de brazos. Una chica castaña de largas trenzas en el pelo subió al escenario.
 -Yo también te quiero, Ann.

*Harry Styles*

Las dos horas de taller de música acabaron por fin con un chico pelirrojo tocando una pieza lenta- demasiado lenta- en el piano. El profesor Abbot nos dejó salir de clase unos minutos antes, así que nos dirigimos a nuestras taquillas a dejar las cosas para luego reencontrarnos en la cafetería. Antes de que siquiera pudiese llegar a mi taquilla, una chica de ojos saltones y pecas en las mejillas me detuvo a medio camino. No tenía ni idea de como se llamaba, y dudaba que fuese a mi curso, pero me saludó como si nos conocieramos de siempre. Me invitó a una fiesta que su mejor amiga daba en su casa este mismo viernes por la noche, pero decliné la oferta cortésmente. La chica solo quería un acompañante y ése no iba a ser yo. Me despedí con la mano y eché a andar de nuevo a mi taquilla, ahora sí, sin interrupciones. Guardé mi estuche y me devatí mentalmente entre si coger ahora el libro para mi próxima clase después del almuerzo o cuando éste terminase. Finalmente, negando con la cabeza, dejé el libro ahí dentro y cerré mi taquilla. Al girarme me llevé un susto de muerte al ver la seria cara de Louis enfrente de mí. El muy cabrón había sido muy silencioso.
 -Tengo que hablar contigo, Hazza- suspiré de alivio cuando me llamó por mi apodo; eso quería decir que él no estaba enfadado conmigo por la razón que fuese. Asentí con la cabeza y en vez de ir a la cafetería, salimos por la puerta principal, recostándonos en la pared de ladrillo.
 -¿Qué ocurre Louis?- pregunté, ya que desde que habíamos salido todavía no había abierto la boca. Me moría de la intriga por saber que pasaba.
 -Oriana lo sabe, Harry. Te ha descubierto- abrí los ojos como platos, totalmente en blanco. Lo único que me vino a la mente fue la cara de Oriana al descubrir quién era el chico de las notas anónimas; una cara de total asco hacia mí. Aunque ya nos habíamos arreglado, sabía que Ori no acababa de creer en mi persona. Podía incluso jurar lo decepcionada que podía haberse sentido al descubrir a quién pertenecía esa E con la que terminaba las notas. Quería que la tierra me tragase de una vez por todas-. Se lo he dicho. Le he dicho que ibas enserio, Harry, pero que tenías miedo. Ori te va ha dejar tiempo, ¿Vale? Ella también está confundida. Es más, los dos necesitáis tiempo. Pero no actues raro con ella. Cuando sientas el momento de decírselo, suéltalo- asentí con la cabeza mirando un punto fijo en el suelo. Realmente no sabía que decir. No entendía del todo por qué iba a estar Oriana confundida, pero no dije nada sobre eso. Me limité a volver a asentir con la cabeza, siguiendo a Louis dentro del edificio hasta llegar a la cafetería.
 -¡Hombre, chicos! Ya pensábamos que os había comido el lobo- carcajeó Niall cuando llegamos a la mesa. Era increíble como con solo escuchar la risa del duende, mi ánimo se levantara del pozo donde había caído.
 -Os habíamos guardado algo de comida pero a Niall le entró el gusanillo y se ha comido las patatas que cogí para vosotros- anunció Liam, explicándose con la ayuda de su mano.
 -Lo siento, pero cuando Nialler tiene hambre, tiene hambre- explicó él mismo, encogiéndose de hombros. Me senté a su lado, como siempre hacía, mientras que Louis se sentó a mi izquierda. Por el rabillo del ojo intenté mirar disimuladamente a Oriana, pero su melena tapaba su cara por completo. No quería ni verme. Tristemente, agarré la mitad de un sandwich que Lou me tendía y le di un pequeño mordisco. Se me había quitado el hambre por completo.
 -Por cierto, cambiando de tema- empezó Louis, dejando la mitad mordisqueada de su sandwich en una bandeja-. No sabía que cantabas tan bien, Annie- sonrió impresionado. La cara de la skater se tiñó de rojo, por lo que escondió su cara entre sus manos.
 -¿Qué me he perdido?- preguntó Oriana divertida, y casi sonreí al escuchar su voz por primera vez en todo el día.
 -Zayn es un imbécil y me ha hecho cantar delante de toda la clase, cuando yo solo quería tocar la guitarra- la castaña rodó los ojos ante la risita divertida de su mejor amigo.
 -Aw, me encantaría poder haberte escuchado, Ann- anunció Ori, enternecida. Zayn rió todavía más fuerte, llamando nuestra atención.
 -Bueno, resulta que quizás, alguien grabó a Annie con el móvil mientras cantaba- se encogió de hombros, como el que no quiere la cosa. Ann ahogó un grito y estampó su puño en el hombro de Zayn.
 -Pero serás- no acabó la frase que ya volvió a darle otro puñetazo. De todos modos, Zayn la ignoró para así pasarle el móvil a Oriana y que pudiese ver el vídeo que ninguno de nosotros sabíamos que había grabado. Louis y Liam se apilotonaron a su lado para también ver el vídeo, aunque ellos lo vivieron en vivo y en directo-. No sabes cuánto estoy empezando a odiarte en este momento, Zayn Malik.
 -Me quieres Annie, y lo sabes- rió dulcemente, pasando un brazo por encima del hombro de la castaña.

*Oriana Núñez*


Por mala suerte, después del almuerzo nos tocaba gimnasia, y la muy simpática de la entrenadora nos había hecho correr quince vueltas alrededor del campo de baloncesto. Niall nos había adelantado a Annie y a mí desde la segunda vuelta, y mientras él ya estaba a punto de acabar, a las dos nos quedaban todavía seis vueltas. A punto de acabar la décima vuelta, Ann tuvo que parar a recuperar el aliento. Se tiró, literalmente, al pasto; yo descansé las manos sobre las rodillas, doblada por la mitad.
-No aguanto ni un minuto más, Ori- jadeó, arremangándose las mangas de su chaqueta. Hacía bastante frío en el exterior pero con la carrera que acabábamos de hacer, parecía que volviese a ser verano-. Voy a morir. Dile a Zayn que aunque le odie le sigo queriendo.
-Estás delirando Annie- carcajeé, volviendo a estar de pie completamente.
-Lo digo en serio Oriana, tengo la garganta más seca que el Sáhara y me duelen los pulmones cada vez que respiro. Voy a morir, lo sé, lo presiento- clavó la mirada en el cielo, perdida. Esta chica debería haberse apuntado a teatro conmigo.
-¿Te vas a quedar ahí tumbada o vienes conm- no pude acabar la frase, ya que la potente voz de la entrenadora se escuchó a menos de dos metros de nosotras, interrumpiéndome.
-Vosotras dos, holgazanas, a los vestuarios, ¡Ahora!- mágicamente, la vaga de Annie se levantó de un salto con solo oir sus palabras. Cogió mi brazo y mientras nos dirigíamos a los vestuarios de chicas, se giró para gritarle a la entrenadora:
-¡Muchas gracias, ha salvado mi vida!

*Annie Stonem*
Me senté en el pequeño banco del vestuario, descansando mis adoloridas piernas. Juro que la próxima vez que nos haga correr tanto finjo una lesión de tobillo. Oriana tomó sitio a mi lado, soltando un largo suspiro tembloroso. La miré extrañada, preguntándole con una mirada que no correspondió qué le pasaba.
-¿Ori?- fijó su mirada en mí, y en seguida noté como forzó una sonrisa-. ¿Qué te ocurre, flor de campo?- soltó una corta carcajada que me hizo sonreir al ver cumplido mi propósito.
-No es nada, n-no importa- mordisqueó su labio, insegura de sus palabras. Enarqué una ceja, por lo que ella rodó los ojos-. Solo estoy en una montaña rusa de emociones y me quiero bajar ya- volví a enarcar mi ceja, pero ahora confundida.
-A ver, flor de campo, si no te explicas servidora no te entiende- me señalé a mi misma. Rodó los ojos por segunda vez en el día y me empezó a explicar lo que pasaba por su cabeza. Escuché atentamente cada palabra que salió por sus labios, suspirando cuando dio por acabado su relato.
-¿Tú lo sabías, verdad?- atrapó su labio entre los dientes. No supe interpretar su mirada y con nerviosismo asentí con la cabeza-. Debería estar enfadada porque odio las mentiras, pero no lo estoy- se encogió de hombros.
-Solo deja que las cosas fluyan por si solas, Ori- ella, distraídamente, se toqueteó las pulseras de la muñeca-. No busques una respuesta inmediata, simplemente, déjate llevar.



Pensé que el capítulo me había salido más largo pero es cortísimo lol xc. Espero que os haya gustado de todas formas jaja.
A ver, chicas, estuve pensando en subir la novela a Wattpad también, pero empezaría con They Don't Know About Us (que tengo que corregir todavía la gRAAAAN cantidad de faltas que hay) y luego, empezaría a subir ésta, You Could Stay With Me Forever. Pero no estoy segura oops. Esta novela ni siquiera tiene muchas lectoras así que quién demonios me leería en Wattpad c': anyway, espero encontrarme algún comentario esta vez *cough* pues porque por aquí solo veo lectoras fantasmas- metafóricamente-. Bah, no importa, nos vemos x

domingo, 31 de agosto de 2014

Chapter thirty four.




*Annie Stonem*

Los días pasaron rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, ya era jueves. Como, por suerte, habían cancelado las clases de hoy, me levanté cerca de la hora de comer. Había quedado con Zayn que vendría a mi casa a las siete y media para poder empezar a prepararnos para la fiesta, que daría comienzo a la nueve. Aún con el pijama puesto, bajé las escaleras perezosamente hasta llegar a la cocina. Caleb estaba ya despierto, preparando algo de arroz y pollo para comer. Le saludé con un beso en la mejilla, abrazando su espalda. Me encantaba tenerlo en casa, lo quería como a un hermano mayor. Pero por mala suerte él no vivía en Londres y no lo veía tan seguido como me gustaría.
-Hola Cal, muero de hambre- me puse de puntillas para mirar por encima de su hombro como acababa de preparar nuestra deliciosa comida.
-¿Puedes ir poniendo la mesa, por favor?- giró la cabeza y besó mi mejilla, sonriéndome dulcemente. Asentí con la cabeza e hice lo que me pidió. Una vez terminé, me senté en mi silla a esperar que la comida estuviese lista. Caleb nos sirvió una ración de arroz y pollo a cada uno y se sentó delante de mí-. Oye, Ann- llamó mi atención después de unos minutos. Levanté la cabeza de mi plato, dándole a entender que lo estaba escuchando-. Ayer por la tarde, mientras te estabas echando la siesta, vino un chico a casa- me atraganté con el pollo, y ante la risa burlona de mi primo, empecé a toser hasta que me calmé-. ¿Por qué no me dijiste que tenías novio?- sacó su labio inferior hacia afuera, poniendo ojitos de cachorrito. Me mordí el labio, sonrojándome.
-Lo siento, Cal- rodó los ojos, por lo que reí.
-No me enfado contigo porque me estoy quedando en tu casa estos días y no tengo ningún sitio más al que ir, porque si no- dejó la frase en el aire, cruzándose de brazos.
-¿Te he dicho alguna vez cuánto te quiero?- Caleb rió, negando con la cabeza.
-Yo también te quiero, tonta- dio un sorbo a su vaso de agua-; pero cuando tenga novia no te lo diré hasta el día antes de mi boda.
-¿Pero seguiré siendo tu dama de honor, no?
-Claro que sí Ann- sonrió de lado, tocando la punta de mi nariz con su dedo índice. Terminamos de comer y entre los dos lavamos los platos; o al menos lo intentamos. Tuvimos una pequeña guerra de espuma y agua ensuciando todo el suelo de la cocina, que después obligué a Caleb a limpiar si quería seguir viviendo conmigo. Besé su mejilla, subiendo las escaleras para darme una larga ducha de agua caliente. Una vez terminé y me puse ropa nueva, me senté en mi cama con la guitarra en mi regazo. Desde que toqué y canté The A Team delante de Zayn y Caleb, había vuelto a tocar casi diariamente la guitarra, ya que hacía mucho que la tenía abandonada en su funda. Como siempre acababa tocando las mismas canciones, me levanté de nuevo y abrí el último cajón de mi cómoda. Ahí guardaba todas mis partituras. Cogí unas cuantas sin siquiera mirar el título de la canción, volviendo a mi cama. La primera partitura la descarté, ya que me parecía una canción demasiado boba. No tenía ni idea de por qué seguía guardándola. Pero cuando vi el título de la segunda, sonreí. Every Breath You Take, de The Police. El grupo favorito de mis padres. Dejé las partituras restantes a un lado, y cruzándome de piernas volví a colocar la guitarra en mi regazo. Toqué los primeros acordes que introducían el tema, mentalmente preparándome a mí misma para no ponerme a llorar mientras cantaba.
-Every breath you take, and every move you make. Every bond you break, every step you take, I'll be watching you- sentía que cada palabra que salía de mi boca era como si mis padres fuesen los que lo estaban cantando, diciéndome que hiciese lo que hiciese, ellos estarían viéndome; cuidándome-. Every single day and every word you say. Every game you play, every night you stay, I'll be watching you- no pude más. Dejé la guitarra a un lado y enterrando la cara entre mis manos me largué a llorar. Sentí enseguida unos brazos envolviendo mi espalda en un fuerte abrazo.
-Estoy aquí, tranquila.

*Oriana Núñez*

Saqué el disfraz del armario, y lo dejé encima de la cama con cuidado de no arrugarlo. Las botas negras y las medias de rejilla negras que me iba a poner también ya estaban ahí. El antifaz y otros complementos descansaban en mi mesita de noche. Cuando terminé de vestirme, me metí en el baño para cardarme el pelo y pintarme los labios morados, ya que era el color que más se veía en mi disfraz. Me puse el antifaz decorado con arañas plateadas con cuidado de no estropearme el pelo; aunque era tontería, digo, ya estaba totalmente hecho un lío. Una vez lista, me planté delante del espejo. Sonreí. Mi móvil sonó cortamente por lo que supe que me había llegado un mensaje.

Ed.- ¿Me dirás ya cuál es tu disfraz o me dejarás con la espera? :( Yo seré Superman jaja. P.D. Puede ser que llegue un poco tarde, lo siento, te quiero. x

Oh no. Otro Superman no.

O.- Te lo digo, te lo digo jaja. Soy una bruja, pero buena, supongo. P.D. No te preocupes cielo, te esperaré dentro. Llevo un antifaz negro con arañas, para que me puedas encontrar. Te quiero!

Como por suerte mi vestido tenía bolsillos a los lados guardé el móvil en uno de ellos, mientras que en el otro guardé las llaves de casa y algo de dinero, por si acaso.
-¡Ori, vamos!- escuché a mi padre gritar desde el salón, ya que él me llevaría en coche hasta el instituto. Me miré por última vez en el espejo, para después salir de mi cuarto y trotar escaleras abajo hasta situarme al lado de mi padre, quien sonrió nada más verme-. Te ves muy bien, para ser un disfraz que en teoría, tiene que dar miedo- carcajeó y le pegué de broma en el hombro-. Venga, despídete de tu madre que nos vamos en cinco- asentí con la cabeza. Como sabía que mi madre estaba seguramente en la cocina, me dirigí allí a paso rápido, sorprendiéndola por detrás ya que estaba de espaldas. Le besé la mejilla y con la misma rapidez con la que entré, salí. Papá y yo nos subimos a su coche y marchamos rumbo al instituto.

***
Aunque cuando llegué solo habían pasado cinco minutos de las nueve, parecía que la fiesta había empezado horas antes. Había ya un montón de gente dentro del gimnasio, pero sabía por experiencia que ésa ni siquiera era la mitad de la gente que asistiría a la fiesta. Me despedí de mi padre, y hasta que no lo vi desaparecer al final de la calle, no entré al gimnasio. Quedé con los chicos que ya nos veríamos allí dentro, pero ahora que pensaba, era un poco estúpido. El lugar está prácticamente oscuro y casi todo el mundo lleva antifaz, ¿Cómo se supone que voy a reconocerlos? Encima no sabía de qué se iban a disfrazar. Bueno, sabía que Harry iba a ir de Superman y Niall de una especie de chef zombie. Raro.
Mientras me movía entre la multitud intentando buscar a mis amigos, sentí una mano entrelazando sus dedos con los míos, tirando de mí hacia atrás. Me giré asustada, pero una sonrisa se instaló en mis labios al ver a Edward, como él había dicho, vestido de Superman. Se acercó a mi cara y cuando pensé que iba a besar mis labios, desvió los suyos hasta mi mejilla, que besó con lentitud. Cerré los ojos, pero me obligué a abrirlos al notar frío en mi mano. Edward se había soltado. Me sonrió de lado juguetonamente, y aunque a penas podía ver sus ojos por la poca iluminación y el antifaz rojo que llevaba, supe que sus ojos brillaban como normalmente hacían. Antes de que me pudiese dar cuenta, se alejó entre la multitud, mirando por última vez hacia atrás; pero esta vez no sonreía. Quise seguirle, preguntarle qué le pasaba, pero ahora estaba atrapada entre un grupo de amigos bailando sin control. Cuando por fin pude escapar, había perdido de vista a Edward, o eso creía yo. Noté a alguien darme con el dedo suavemente en el hombro, así que me giré. Ahí estaba Edward; sonriente. Con ambas manos en mis mejillas, bajó levemente mi cabeza para darme un beso en la frente. Entonces, al fijarme bien en un pequeño detalle, todo el color abandonó mi rostro. Éste Superman llevaba Converse blancas; el Superman que había besado mi mejilla, llevaba Converse rojas. El Superman que había besado mi mejilla y luego desaparecido, era Harry.

*Annie Stonem*

-¡Llegaremos tarde, Zayn!- chillé mientras corría por las casi desiertas calles de Londres, con mi mejor amigo detrás de mí. Nos habíamos entretenido un poco bastante a la hora de pintarnos la cara para nuestros disfraces. Sobretodo me había tomado más de media hora pintarle a Zayn toda la cara blanca, luego alrededor de los ojos negro y las simuladas costuras en la boca, que iban de mejilla a mejilla. Eso sí, había quedado bastante bien, por lo que había merecido la pena. Habíamos decidido no llevar antifaz por la simple razón que a una señorita muy tonta (en fin, yo), se le había olvidado de comprarlos. Pero nuestros disfraces quedaban mejor sin ellos, así que había sido un buen despiste.
-¡Podías haber cogido el skate!- exclamó dificultosamente por la carrera. Rodé los ojos y me detuve de golpe-. ¡Ah!- escuché su grito, y luego un golpe en mi espalda. Por poco y acabo en el suelo.
-¿Y luego dónde lo dejaría, listo?- me crucé de brazos, a la vez que me giraba para enfrentarlo-. Ya sé que te encantó esa vez que fuimos los dos juntos con el long, pero luego el problema sería dónde lo dejo para que nadie me lo robe, o incluso rompa- Zayn asintió, derrotado.
-Está bien, está bien; no he dicho nada- cogí su mano, riendo divertida. Eché a correr de nuevo, ahora con Zayn a mi lado. A los pocos minutos por fin llegamos al instituto, pero tuvimos que pararnos debajo de un árbol para recuperar el aliento antes de entrar al gimnasio-. No te separes de mí, habrá mucha gente- Zayn cogió mi mano con fuerza cuando nos unimos a la multitud de monstruos y otras criaturas de la fiesta. No era muy fan de los espacios repletos de personas, pero al lado de Zay me sentía lo suficientemente segura para no entrar en pánico.
-¿Ves a alguien?- me sujeté más fuerte de su brazo cuando un chico pasó por mi lado empujando mi hombro. Vi las intenciones de Zayn al querer seguirlo así que lo detuve antes de que hiciese una locura.
-Ahí están Lou y Niall- señaló a Spiderman y una especie de zombie con un cuchillo de cocina pintado de rojo en la mano. Me encogí de hombros y los dos nos dirigimos hacia ellos. Nada más nos vieron caminar en su dirección, sonrieron ampliamente.
-¡Hola chicos!- gritó Niall por encima de la música, estallando en carcajadas cuando se dio cuenta de que elevó la voz más de lo necesario.
-¿Jack y Sally, eh?- Louis enarcó la ceja, divertido-. Mi hermana ama esa película- asintió con la cabeza, aprobando nuestro disfraz.
-¿Cuál de ellas?- se burló Zayn. Oh sí, por un momento olvidé que Lou tiene cuatro hermanas.
-¿Habéis visto a los otros?- nos preguntó Niall, a lo que negamos con la cabeza. Acabábamos de llegar, además-. Nosotros tampoco. He llegado y enseguida he encontrado a Louis, pero ni rastro de Oriana, Harry o Liam- me tensé al escuchar su nombre, pero disimulé moviendo los hombros al ritmo de la música. Hablamos un rato más, hasta que decidimos ir a bailar un poco. Después de un rato de risas y tontos pasos de baile que Niall y yo hacíamos, vi un destello de ojos familiar por la esquina de mi ojo. Me giré confundida. Abrí la boca lo más grande que pude cuando vi a Chris apoyado contra la pared, de brazos cruzados, mirándome divertido. Me disculpé con los chicos y lo más rápido que mis piernas me permitieron, me acerqué a mi novio. Una vez estuve a su lado, lo cogí de la mano para llevarlo a una parte más oscura para hablar. Como me pillasen con él estaría en problemas, aunque yo no lo había invitado.
-¿Qué haces aquí, Chris?- lo encaré, cruzándome de brazos. Colocó la palma de su mano en mi mejilla, y mi cabeza instintivamente se apoyó en ella, aceptando su tacto.
-Moría de ganas de verte- sonrió de lado, suavemente pellizcando mi mejilla entre su dedo índice y pulgar. Pero entonces, me enfadé.
-Me va ha caer una grande como te vean, Chris. No deberías estar aquí- gruñí. Su sonrisa se hizo aún más grande, por lo que rodé los ojos, un poco menos molesta con él. Al fin y al cabo había sido un gesto dulce haber venido hasta aquí solo para verme. ¿Verdad?
-No te preocupes, Ann. He tenido cuidado- besó mi frente. Suspiré, perdonándolo finalmente.
-Está bien, pero tengo que volver con mis amigos, ¿Sí? Ellos no pueden saber que estuviste aquí. Además, piensan que fui al baño- Chris se rió, lo que me hizo sonreir. Me agarró por la cintura, y una vez estuvo lo basta cerca de mi cara, me besó.
-Yo me iré ya; solo quería verte- se separó de nuestro pequeño abrazo, mirándome de arriba a abajo-. ¿De qué vas disfrazada? ¿De muñeca de trapo vieja?- enarcó una ceja, burlón. Le pegué en el brazo, riendo fuertemente.
-Soy Sally, de Pesadilla Antes De Navidad- su cara de confusión me dejó claro que no conocía la película-. Déjalo bobo, te llamo mañana- besé sus labios de nuevo, girándome para poder volver con mis amigos.

*Louis Tomlinson*

No podía dejar de reirme junto a Zayn al ver al rubito, ahora no acompañado de la skater, bailar como si tuviese hormigas en los pantalones. Por favor, que alguien le enseñe a este irlandés a bailar. Ann volvió a los cinco minutos, con una sonrisilla en la cara muy sospechosa. Justo cuando me iba a burlar de ella, una conejita muy sexy captó toda mi atención. Vestida con un body blanco de pelo, unas orejas blancas de conejo y unas botas, también, blancas, estaba Phoebe. Me miraba divertida mientras bebía de un vaso de plástico con un líquido rojo en el interior. Le guiñé un ojo, que ella me devolvió. Zayn codeó mis costillas, riendo fuertemente. Annie me empujó en dirección a Phoebe, por lo que ésta sonrió ampliamente.
-Hola Lou- ronroneó. Con ambas manos agarré su pequeña cintura, y ella pasó sus brazos por mi cuello. Por su aliento adiviné que la chica ya estaba un poco borracha.

-Hola preciosa- ella sonrió, acercando su cara peligrosamente a la mía mientras movía las caderas al ritmo de Nicki Minaj. Bajé la mirada hasta sus labios, carnosos y brillantes, pidiendo ser besados a gritos. Pero no podía hacerlo, Phoebe estaba ebria y sería como aprovecharme de ella. Subí de nuevo la mirada a sus ojos, que me miraron curiosos. Se tropezó con sus propios pies al hacer un tonto paso de baile y apreté más fuerte mi agarre en su cintura para evitar su caída. Phoebe empezó a reir tontamente, derramando algo del líquido de su vaso en el suelo-. Creo que ya es hora de volver a casa, Phoebe- como no opuso resiténcia, la guié hasta las puertas del gimnasio, pero antes de salir pensé en un tema algo importante. Phoebe llevaba solamente puesto el body de pelo y las botas, y fuera hacía bastante frío como para ir solamente vestido con eso. Captó mi mirada preocupada y sonrió, balanceándose con las puntas de los pies.
-Llamaré a un amigo para que me pase a buscar- se encogió de hombros. Iba a preguntar de dónde sacaría un teléfono pero me callé al ver que sacaba uno de su sujetador. La cosa más rara que había visto en mi vida-. Hola Jason- ronroneó simpáticamente, y me recordé mentalmente que ella estaba borracha-. Sí. ¿Puedes pasar a buscarme? Te lo agradeceré como quieras- sonrió a la nada-. Perfecto, nos vemos en unos minutos- quitó el aparato de su oreja y colgó-. Listo Lou, mi amigo vendrá por mí- me guiñó un ojo y me obligué a sonreir. Pocos minutos más tarde, realmente pocos, un gran todoterreno aparcó frente a nosotros. Phoebe sonrió emocionada. La ventanilla del copiloto se bajó y un chico musculado y de piel oscura nos sonrió de lado desde el asiento del piloto. Juraría que ese chico tenía ya al menos veinte años, como mínimo. Pero no hice ningún comentario al respecto. Bueno, quizás solo lo miré un poco con desconfianza pero qué más dá. Phoebe notó mi mirada y agarrando ambos lados de mi cara besó la comisura de mis labios. Se separó rápidamente,  relamiéndose los suyos de una manera que me dejó con ganas de más. Susurró un 'nos vemos mañana' y se metió dentro del coche del chico misterioso. No tuve más remedio que volver dentro cuando el coche desapareció de mi vista.



Holi chicas, espero que os haya gustado el capítulo. Creí que me había salido mejor pero ahora que lo he releído me parece un poco mierda, pero en fin. Como nadie comentó en el anterior capítulo (triste, muy triste) no pondré fotos de los personajes pero si la foto de los disfraces de Ann y Zayn.

Imaginad que la máscara del de la foto (Jack) es solo pintado.
 
No voy a poder subir como en dos semanas, ya que me voy a mi pueblo, pero intentaré escribir y adelantar varios capítulos para cuando vuelva. Nos vemos x


jueves, 28 de agosto de 2014

Chapter thirty three.




*Annie Stonem*

El sábado por la mañana me encontré con Sam y Bella en la puerta de la tienda de disfraces, y después de saludarlos con un abrazo, los tres entramos dentro. Perdí a los tortolitos a los pocos minutos entre los diferentes pasillos repletos de disfraces, así que me tocó buscarme uno yo sola. Cuando llegué al pasillo donde los disfraces eran más adecuados para Halloween, aminoré la marcha, mirando detenidamente los trajes. Se me ocurrió una genial idea al ver dos disfraces de Jack y Sally de Pesadilla Antes de Navidad casi al final del pasillo. Los cogí y esperé cerca del mostrador hasta que los desaparecidos regresaron. Sam y yo pagamos nuestros disfraces y como ya no teníamos nada más por hacer, decidimos tomarnos unos batidos en una cafetería de la esquina cerca de donde estábamos. Mientras que Sam fue a pedirlos, dos de fresa y uno de plátano, Arabella se sentó a mi lado en la mesa al fondo del local.
-Sophie me preguntó por tí- abrí la boca sorprendida, pero me interrumpió antes de que alcanzara a decir algo-. No sé como se enteró de que te vi ni nada, pero el jueves se acercó para preguntarme dónde estabas ahora. Obviamente no se lo dije- le agradecí con una sonrisa-. Pero sigo sin entender como lo supo.
Entonces, a mi mente vino el día en el que Chris apareció en mi instituto. Nunca le dije a nadie a donde iba, por lo tanto, ¿Cómo pudo encontrarme? Y luego, claro está, tenía la duda de cómo supo Liam sobre la existencia de Chris. El único que sabía la historia era Zayn, y él me dijo que no le había dicho nada a nadie. Todo esto era muy confuso.
-Aquí están los batidos para estas bellas damas- Sam dejó nuestros batidos delante nuestro, y antes de sentarse besó la frente de su novia. En medio de nuestra conversación, sonó mi móvil y por la melodia supe al momento que era Zayn quien me llamaba.
-Zaynie- dije cuando descolgué, y la risa de mi mejor amigo me hizo reir también.
-Princesa Zaynie al habla- bromeó, haciéndome reir todavía más fuerte que antes. Sam y Arabella me miraron curiosos, contagiados de mi risa escandalosa-. Te echo de menos bollito- lloriqueó falsamente.
-Tengo una sorpresa para tí, ¿Vienes más tarde a casa?- no pasó ni medio segundo que ya me dio una respuesta afirmativa a mi pregunta. Sonreí, dándole después un sorbo a mi batido de plátano-. Puedes venir a partir de las cuatro si te apetece, voy a comer a casa de mi tía así que supongo que hasta esa hora no estaré en casa- me encogí de hombros, haciendo girar la pajita dentro del vaso.
-Perfecto Ann, nos vemos- le lancé un beso antes de colgar. Seguí hablando con la dulce parejita hasta que como dije, a la hora de comer fui a casa de mi tía Elle. Tuve que coger el metro, cosa que odio con toda mi alma, y resoplé cuando fue la idiota de Mia quien me abrió la puerta de su casa.
-Genial- masculló, rodando los ojos a la vez que cruzaba los brazos sobre su jersey de lana rosa. Pequeña y estúpida entusiasta del rosa. Pasé por su lado, regalándole una falsa sonrisa.
-Yo también me alegro de verte, Mia- me sonrió de vuelta, más falsa que sus pestañas, y me siguió hasta la cocina donde mi tía acababa de preparar un plato de pasta y estofado.
-Hola cariño- saludó mi tía, limpiándose las manos en el delantal que llevaba antes de darme un abrazo.
-Hola tía Elle- sonreí, besando después su mejilla-. Huele delicioso.
-Gracias Annie- rió dulcemente-. La mesa ya está puesta, enseguida estará la comida- asentí con la cabeza, tomando asiento frente a mi prima, quien me ignoraba por completo por tener toda su poca atención en su teléfono. Moví la pierna sin parar, fastidiada por el incómodo silencio que había. Si Mia no hablaba, yo tampoco. Por suerte, mi querida tía sirvió la comida a los pocos minutos-. ¿Cómo te va el instituto, cielo?- me preguntó, y después de probar bocado del estofado que había cocinado, contesté.
-Muy bien; el jueves hay una fiesta de Halloween- sonreí ampliamente. Por una vez me sentía a gusto donde estaba. Mia rodó los ojos, disimuladamente utilizando el móvil debajo de la mesa. Podría engañar a su madre, pero a mí no.
-¿Irás con tu amigo? ¿Zayn, verdad?- hizo una mueca con los labios, intentando recordar si ése realmente era su nombre.
-Bueno, no hace falta ir en parejas así que iré con mis amigos- me encogí de hombros, probando otro trozo del delicioso estofado.
-Oh, con que ahora tienes amigos- murmuró la odiosa de mi prima, sonriendo fingidamente-. ¿Quién lo diría, verdad?- como muchas veces antes había hecho, la ignoré. Pero no pude ignorar el hecho de que me dolía que me tratase así. Al fin y al cabo éramos familia.
-Mia- masculló mi tía. Le sonreí para que no le diese importancia al asunto, y ella asintió con la cabeza, devolviéndome la sonrisa.
-Mamá, hay una fiesta la semana que viene, ¿Puedo ir?- le mostró una amplia sonrisa inocente. Rodé los ojos sin que ninguna de las dos se diese cuenta.
-No lo sé cariño- contestó preocupada-; ¿De quién es la fiesta?- Mia rió levemente.
-¿Eso importa mamá? Una fiesta es una fiesta, y si esto te deja más tranquila, Beth me llevará y traerá. No volverá a probar trago después de la última vez- quise preguntar qué pasó con ésa tal Beth, pero sabía que me esperaba un comentario tipo 'No te metas' de Mia. Pasaba de sus malos comentarios. Finalmente su madre le dio permiso para ir a esa fiesta, y Mia lo celebró dando un pequeño y ensordecedor chillido y escribiendo sin parar en su móvil, ahora sin disimulo. Mi tía me miró, por lo que me encogí de hombros. Seguimos comiendo tranquilamente mientras escuchábamos a mi prima hablar sobre su último novio, cosa que ni a mi tía ni a mi nos importaba, pero no dijimos nada. Nada más acabar, la estúpida de Mia dejó su plato en el lavavajillas y subió corriendo a su cuarto, con el móvil todavía en la mano. Tía Elle me ofreció unos pastelitos, que gustosa acepté. Hablamos un rato hasta que decidí que ya era hora de volver a casa. Me entregó un poco de dinero para comprar más flores frescas para mis padres u otras cosas que me apeteciesen, y me despedí de ella con un abrazo. Tardé más de veinte minutos en llegar a casa, por lo que lamenté no haber cogido mi skate. Dejé los disfraces encima de mi cama y aproveché para ponerme ropa más cómoda. Mis tejanos negros fueron reemplazados por los pantalones de algodón que siempre utilizaba para estar por casa, y mi camiseta y sudadera por un jersey viejo que perteneció a mi padre hace muchos años. Era realmente viejo, y estaba lleno de agujeros, pero me encantaba. El timbre de casa me sacó de mis pensamientos, y antes de bajar las escaleras para abrirle la puerta al que seguramente era Zayn, eché un vistazo a la hora. No eran ni las cuatro; sí que tenía ganas de verme. Llegué a la puerta y la abrí preparada para recibir con un abrazo a mi mejor amigo, pero me llevé una gran sorpresa al ver quien estaba detrás de ésta.
-¡Annie!- gritó mi chico favorito.
-¡Caleb!- chillé más fuerte de lo que debería, y a la vez que mi primo soltaba su maleta, nos fundimos en un gran abrazo.

*Oriana Núñez*

-¡Me tienes abandonada!- exclamó mi Styles favorita nada más descolgué el teléfono-. Si no te llamo yo vete a saber cuánto tiempo pasa hasta que te acuerdes de mí.
-Lo siento Gem- hice un puchero con los labios, a pesar de que ella no me podía ver-. Sigues siendo mi favorita de tu familia.
-Por eso te quiero- rió animada, contagiándome su risa aguda-. ¿Qué haces Ori?
-Estaba buscando un buen disfraz de Halloween por casa con mi madre pero hace veinte minutos que ha desaparecido y no ha vuelto- me senté en el sucio y polvoriento suelo, haciendo un puchero con los labios. Mamá y yo habíamos subido a la buhardilla a buscar algo que pudiese usar el jueves, pero como había dicho, hacía veinte minutos que mi madre había dicho que ahora venía y no ha aparecido desde entonces. Estaba empezando a preocuparme.
-¿Puedo ir y ayudarte? Me aburro en casa- me la podía imaginar ahora mismo tirada en el sofá cambiando de canales en la televisión sin parar.
-¿Y Harry?- no sé ni por qué preguntaba por él, curiosidad supongo.
-En la cocina. Acaba de levantarse hace poco- me reí flojamente.
-¿A estas horas? Son más de las doce- Gemma carcajeó en la otra línea. Rodé los ojos.
-Harry es un flojo- escuché un leve "Te he oído Gemma" de fondo y no pude evitar reir junto a Gem-. Nos vemos en unos minutos Ori- me mandó un beso y colgó sin dejarme despedir de ella. Guardé el móvil en el bolsillo delantero de los tejanos y me crucé de brazos, a ver si mi madre se decidía en aparecer. Quince minutos más tarde y seguía esperando ver a mi madre de nuevo conmigo. Pero entonces vi la cabellera rubia de Gemma, haciéndome sonreir.
-Hola Styles- me levanté del suelo, sacudiendo el polvo de los tejanos. Gemma se acercó y me estrechó entre sus brazos.
-Tu madre me ha dicho que te diga que está haciendo galletas, por eso está tardando tanto- asentí con la cabeza-. ¿Ya tienes disfraz?
-Más o menos- reí cortamente. Gem enarcó una ceja, confundida-. He encontrado un disfraz de hace años de mi madre, pero le hace falta unos arreglillos.
-¿Quieres que te ayude?- sonrió ampliamente, y yo asentí con la cabeza, riendo por su efusividad al darme un abrazo cuando le dije que sí. Cogí el viejo disfraz que descansaba sobre uno de los baúles y fuimos juntas a mi habitación. Le corté algunos hilillos molestos, después Gemma me ayudó a coser algunas partes que se habían descosido. De mientras, mi amiga me contaba como le iban las cosas. Había conocido a un chico muy mono y se habían estado viendo durante un tiempo, pero no llegaban a nada más-. Te quedará genial- aseguró una vez terminamos.
-Gracias Gem- sonreí, guardando mi nuevo disfraz en el armario hasta el jueves. Gemma se había sentado en mi cama, cruzando las piernas, así que me senté a su lado.
-¿Sabes? Harry fue ayer a comprarse unas Converse rojas para su disfraz de Superman. Estaba super emocionado- carcajeó.
-Siempre utiliza el mismo viejo disfraz- negué con la cabeza, riendo levemente-. Aunque le queda bien- espera, ¿Yo dije eso? Gemma se rió fuertemente y yo me mordí el labio, avergonzada.
-No voy a decir nada acerca de eso, pero piénsalo- con su dedo índice empujó suavemente mi mejilla. La miré confundida.
-¿Pensar el qué?- ladeé la cabeza.
-Cielo, esas cosas no se dicen porque sí, todo pasa por una razón- me regaló una sonrisa. Me tapé la cara con las manos, Gemma tenía razón, pero no quería pensar en eso. No ahora.

*Zayn Malik*

Llegué a casa de Ann cuando ya eran pasadas las cuatro. Mi madre me había obligado a quedarme y acabar de hacer todos mis deberes, que en el fondo no hice. En fin, ya me copiaré de alguien. Llamé al timbre tres veces; así es como Annie sabía que era yo. La susodicha me abrió la puerta a los pocos segundos, tirando de mis brazos para abrazarme.
-¿Quién es, Annie?- escuché una voz de chico que provenía de la cocina. Miré a mi mejor amiga alzando una ceja y ella, riendo, me cogió de la muñeca y me arrastró hasta allí. Había un chico sentado en la encimera, con el pelo castaño un poco rizado levantado hacia arriba-. Hey, hola- me saludó el chico, divertido. Le sonreí.
-Zaynie, él es mi primo Caleb. Cal, él es Zayn, mi mejor amigo- nos presentó. No sabía que Ann tenía otro primo aparte de Mia-. ¡Oh, Zayn, por cierto! Ven, tengo la sorpresa que te dije en mi cuarto- rió dulcemente y cogió de una mano a Caleb y con la otra la mía, corriendo escaleras arriba hasta que los tres llegamos a su cuarto. Encima de su cama había un par de disfraces. Los señalé con el dedo, por lo que ella sonrió emocionada-. Son nuestros disfraces- los cogió y me entregó uno de ellos-. Yo seré Sally y tú Jack, de Pesadilla Antes de Navidad.
Sonreí, sorprendido. No me esperaba que también me comprase un disfraz a mí. Por suerte yo todavía no tenía ninguno. Le di un sonoro beso en la frente, agradecido por su tierno gesto.
-Yo también quiero disfrazarme- comentó Caleb tristemente. Annie rió a carcajadas, envolviendo su cuello con los brazos.
-Tú ya eres muy mayor para disfrazarte, Cal. Dentro de poco cumples diecinueve- los miré extrañado. El chico no parecía mayor que nosotros, tenía cara de bebé-. ¿Sabes qué, Zay?- giré a ver a mi amiga al ver que me estaba hablando-. Caleb se va a quedar conmigo unos días- volvió a abrazar a su primo tiernamente y éste rió. Hice un puchero con los labios-. ¿Y ahora qué te pasa?- carcajeó.
-Yo también quiero- protesté, medio en broma. En el fondo me parecía genial que alguien más se quedase con Annie en su casa, así no pasaría tardes a solas con Chris. Ann creía que yo no lo sabía, pero era de cajón.
-Un día te quedas y hacemos una gran fiesta de pijamas los tres- me sonrió y yo asentí con la cabeza. Caleb me parecía una buena persona, así que estaría bien conocerlo.
-¡Annie!- exclamó su primo de golpe, sonriendo ampliamente-. Tócanos algo con la guitarra, por favor- suplicó juntando las manos cuando Ann empezó a negar con la cabeza, no del todo convencida. Solo la había escuchado una vez tocar la guitarra, la primera vez en casa de Harry, así que yo también puse ojos de cachorrito para que nos tocase algo. Acabó rindiéndose y cogió la guitarra de su estuche, sentándose de piernas cruzadas sobre su cama. Caleb y yo nos sentamos en el suelo, mirándola sonrientes. Empezó con unos acordes para introducir la canción que adiviné que era The A Team, obviamente de su querido Ed Sheeran. Me sorprendió cuando empezó a cantar, ya que pensaba que no lo haría. Sé que era díficil en cierta manera para ella hacerlo, pero cantaba realmente bien y era bonito que lo hiciese al menos delante de nosotros. No terminó de tocar la canción entera, pero para nosotros ya fue suficiente. Nos levantamos del suelo y envolvimos a Annie en un fuerte abrazo.
-Ha sido genial bollito- reí besando su mejilla. Caleb nos miró confundido, con una mueca graciosa en los labios.
-¿Bollito?- preguntó, intercalando miradas entre Annie y yo.
-Así me llama desde el primer día que lo conocí- se encogió de hombros. Besé su mejilla rápidamente mientras estaba distraída, haciéndole reir.

*Niall Horan*

El lunes me desperté, extrañamente, de un buen humor. Sentía que algo bueno estaba por pasar, lo que me extrañó. Era lunes, no había nada bueno en eso. Bajé a desayunar después de darme una ducha rápida y vestirme con algo abrigadito. La temperatura había bajado bastante durante el fin de semana y todavía se notaba un poco el frío. Mamá me había preparado un plato de tortitas y un zumo de naranja. Se lo agradecí con un sonoro beso en la mejilla, dándole después los buenos días. Aunque fuese genial tener tortitas para desayunar, sentía que ésa no era la 'cosa buena' que me iba a pasar hoy.
-Nos vemos mamá- le di un beso en la mejilla antes de salir por la puerta de casa. Pasé por delante de la casa de Harry y me sorprendió verle salir. Nunca pasaba a buscarle por las mañanas porque él siempre iba tarde, y yo no quería esperar. A Harry no le molestó, así que quedamos que iríamos por nuestra cuenta. Y volviendo al tema, me pareció raro que saliese tan temprano. Contando que yo también había salido de casa diez minutos antes de lo normal. Me acerqué a él, quien me saludó con un pequeño abrazo.
-Buenos días- bostezó abriendo la boca exageradamente-, Nialler- acabó por decir, cosa que me hizo reir fuertemente.
-Buenos días, Hazza. ¿Qué te ha pasado que estás despierto tan temprano?- refunfuñó un par de insultos por lo bajo, haciéndome reir de nuevo.
-Las amigas de mi hermana se han quedado a dormir, y con eso lo digo todo- rodó los ojos, cruzándose de brazos. Todos sabíamos cuánto detestaba Harry a las amigas de su hermana, pero nunca supimos la razón exacta.
-Pobre Harold- despeiné sus rizos, ganándome una mirada asesina de su parte. Levanté las manos sin poder evitar echarme a reir por lo bajo. Mientras me contaba lo que había hecho el fin de semana, llegamos al instituto. Oriana, Zayn y Annie ya estaba ahí, como siempre. Nos saludaron con la mano cuando nos vieron de lejos y nos acercamos.
-Hola chicos- Ann besó mi mejilla, ya que me puse a su lado. Le sonreí, pasando un brazo por sus hombros. Esperamos un rato más hasta que Liam, y poco después Lou, aparecieron. Entramos todos juntos y cada uno se fue a su clase. La primera hora se me pasó bastante rápido, cosa bastante rara, y me reuní con los chicos en nuestro sitio de siempre ya que ahora teníamos hora libre. Harry se pasó la hora entera durmiendo sobre el césped, con Ann y Zayn a su lado hablando de la fiesta de Halloween. Tercera hora la compartía con Louis, así que se puede decir que no hicimos nada. No nos sacaron de clase de milagro. Lou me hacía reir con cada tontería que salía de su boca, y mi risa no es que fuese muy silenciosa. Encima le contagiaba la risa a la gente que estaba cerca de nosotros. Es lo que tiene ser adorable. Por fin sonó el timbre, lo que significaba que solo nos quedaba una clase más para poder ir a la cafetería. Se decía que hoy había pizza en el menú. Me encontré con Ori camino a clase de mates y ya nos fuimos juntos. Intentó explicarme todo lo que íbamos haciendo, y por suerte poco a poco iba entendiendo. Ésta era una cosa buena, pero tampoco sentía que fuese la 'cosa buena'. Diez minutos antes de acabar la clase, nos puso unos ejercicios en la pizarra y Oriana me ayudó a hacerlos. Parecía un crío de primero de primária, pero juro que no entendía absolutamente nada. Finalmente, el timbre sonó y rápidamente recogí mis cosas. Ori se iba riendo de mí y me pidió que la esperase, así que lo hice. Soy un buen amigo al fin y al cabo. Dejamos nuestras cosas en la taquilla y cuando íbamos por el pasillo hacia la cafetería, una mano sujetó mi brazo para que me detuviese. Me giré confundido, encontrándome con un chico con una cantidad exagerada de pecas y unos ojos posiblemente más azules que los míos.
-Hey, Horan- sonrió. Yo ni me sabía su nombre así que solo le correspondí la sonrisa-. Scott quiere verte, te espera en su mesa de siempre de la cafetería.
-¿Lucy?- pregunté. No entendía por qué a este chico le gustaba llamar a la gente por los apellidos, porque Scott también podía ser un nombre aparte de apellido. El chico asintió con la cabeza y por fin soltó mi brazo, despidiéndose con un movimiento de cabeza y desapareciendo por el pasillo.
-Nialler, te espera tu amada- carcajeó Oriana, palmeando mi hombro divertida. Le saqué la lengua. Llegamos a la cafetería y me despedí de Ori cuando vi a una nerviosa Lucy en su mesa de siempre. Levantó la mirada al ver que me acercaba y se levantó de su silla, sonriendo tímidamente. Y cuando estuve lo bastante cerca, Lucy cogió mis mejillas con ambas manos y plantó un dulce beso en mis labios, sorprendiéndome; pero no tardé en seguirle el beso. Después de unos largos segundos que no quise que se acabasen, separamos nuestros labios. Lucy me sonrió, con las mejillas ligeramente sonrojadas. Esto era lo bueno que me iba a pasar hoy, lo sabía.
-Me gustas, Niall Horan.

*Oriana Núñez*

Cuando vi que todos mis amigos miraban impactados donde estaban Niall y Lucy, me giré rápidamente; ni siquiera había llegado todavía a la mesa. Estuve a punto de soltar un chillido de emoción al encontrarme a los tortolitos besándose. Era una escena tan adorable. Tomé asiento al lado de Liam, como normalmente hacía, y lo saludé con un beso en la mejilla.
-¿No son adorables?- le pregunté refiriéndome a Nialler y Lucy, quienes ahora estaban hablando. Liam rió levemente, asintiendo con la cabeza.
-Lo son- añadió a los pocos segundos. Seguí mirándolos, como prácticamente todos en nuestra mesa hacían, y cuando Niall se levantó seguramente a buscar algo de comida, Ann y yo nos levantamos también, corriendo a ponernos a su lado. Lo atacamos en un gran abrazo, haciéndole reir tiernamente a la vez que nos correspondía el abrazo.
-¡Chicas, me aplastáis!- exclamó, riendo de nuevo. Pidiendo disculpas, deshacimos nuestro abrazo.
-Cuéntanoslo todo Nialler- me colgué de su brazo mientras esperábamos en la cola para pedir nuestra comida, aunque Annie ya tenía la suya en la mesa. Supongo que solo se quería enterar de lo que había pasado, como yo.
-Lucy me ha besado- suspiró felizmente. Me aguanté el comentario de 'lo vimos, igual que toda la cafetería' y sonreí para que continuase-, y cuando me ha soltado me ha dicho que le gustaba- sonrió bobamente. Me encantaba verlo tan feliz.
-Espero que tú también se lo hayas dicho, que te gusta- Ann se cruzó de brazos, enarcando una ceja pícara.
-Claro que lo he hecho- Niall asintió con la cabeza.
-¿Ya es tu novia?- pregunté, y el rubio hizo una mueca con los labios.
-No realmente- pausó antes de continuar-; quiero decir, Lucy me gusta, mucho, pero es demasiado pronto para pedirle que sea mi novia- Ann y yo asentimos con la cabeza, entendiendo su situación. Por fin llegó nuestro turno en la cola. Yo solamente cogí una manzana y una botella de agua, mientras que Nialler llenó una bandeja con todo lo que pudo para él y Lucy-. Nos vemos feas, me siento con Lucy- besó nuestras frentes y se fue dirección a la mesa donde Lucy lo esperaba. Volvimos donde los chicos nos esperaban, deseosos de enterarse de lo que había pasado. Se lo contamos entre las dos rápidamente, ya que no había mucha cosa que contar, la verdad. El resto de tiempo que pasamos en la cafetería, el tema que más tocamos fue 'Niall y Lucy'. O como yo lo apodé: Nucy.





Hola sunshines. Aquí tenéis otro /aburrido/ capítulo. Pero don't worry porque el próximo será mejor, o eso creo yo lol. Bien, como dije en el anterior capítulo, hay un nuevo personaje; Caleb, el primo de Annie. Y me lo he imaginado como Bradley Simpson de The Vamps (Solo se le parecerá en lo físico, nada más). Aquí os dejo una foto si no tenéis ni idea de quién es.

 
Adorable, lo sé. Bien, en el próximo capítulo os pondré la foto de los disfraces de Zayn y Annie bc why not. Espero que os haya gustado y nos vemos en breve. Os quiero x
p.d. si queréis que os ponga fotos de los personajes  y su nombre real me lo ponéis en un comentario y en el próximo capítulo lo pondré c:

viernes, 22 de agosto de 2014

Aviso.

Hola chicas, lo siento pero esto no es un capítulo. Ahora mismo estoy escribiendo esto desde el móvil porque se me ha roto el ordenador. La mala noticia es que ya tenía escrito todo el capítulo 33 y casi acabando el 34 y estoy segurísima que se me ha borrado todo lo que tenía en el ordenador. La buena noticia es que guardé los documentos importantes en un pen drive así que solo tengo el comienzo del próximo capítulo escrito. Aunque solo recuerdo lo que pasa en el cap 34 así que del 33 poca cosa me acuerdo. El lunes llevaremos mi ordenador a que lo reparen y a ver si pueden al menos recuperar los documentos donde tengo todas mis novelas. Espero que todo se solucione pronto y si pierdo definitivamente todas las novelas, no tengo ni idea de cuando subiré. Pensaba subir dentro de poco pero ahora con esto no lo sé. Si no consiguen arreglar nada seguramente me pondré las pilas y para después del quince (cuando empiezo clases) os subiré algo. No va ha poder ser antes porque estaré en mi pueblo, pero ya veré que hago. Lo siento mucho, os quiero x

jueves, 14 de agosto de 2014

Chapter thirty two.





*Liam Payne*

Me arrepentí en lo más hondo de mi alma todas las estupideces que le solté a Annie, pero ya no había marcha atrás, ella probablemente ya me odiaba; si es que antes no lo hacía. ¿Por qué siempre me portaba como un idiota con ella? Oh, no, espera; yo ya era un idiota. Actuaba como lo que era. Con la manga de mi chaqueta limpié las tontas lágrimas que caían de mis ojos. No entendía por qué lloraba. Me repetía una y otra vez a mí mismo que no lo hiciese, pero no podía parar. «¡Ojalá te rompa el corazón ya de una vez por todas! ¡Solamente eres una estúpida y tonta chica a quien nadie quiere!». Ojalá nunca le hubiese dicho eso. Tenía por seguro, que lo único que había hecho, era romperle yo el corazón. Llegué a casa con una cascada de lágrimas bajando por mi cara, así que para evitar preguntas de mi madre, padre o hermanas, corrí escaleras arriba encerrándome en mi cuarto con pestillo. Mi cama me parecía el mejor lugar del mundo en este momento. Escondí la cabeza debajo de mi almohada, ahogando así los pequeños sollozos que escapaban de entre mis labios. Ann y yo, seguramente, habíamos roto cualquier amistad que nos unía. Sabía que ella me odiaba ahora mismo. Quién no lo haría en su lugar. Ojalá pudiesemos arreglar las cosas, o siquiera olvidar que esto pasó. Nunca quise hacerle daño.
-¡Liam, cielo, a cenar!- llamó mi madre al otro lado de la puerta. No tenía ni idea de cuanto tiempo había pasado desde que llegué a casa, pero de lo que sí estaba seguro es de que moría de hambre. Aun así, me negué a bajar a cenar. Inventé cualquier excusa para no tener que salir y enfrentarme a las miles de preguntas que tendría mi familia al ver mi cara y ojos rojos. Mi madre se creyó la pobre excusa que le di, dejándome de nuevo solo. Pensando en lo idiota que había sido. Pero entonces, me levanté de golpe de mi cama, buscando como un desesperado la libreta donde tenía la canción escrita. La inspiración había venido a mí como una bofeta. Pasé menos de una hora acabando de escribir la canción y perfeccionándola, y cuando todo estuvo hecho, le mandé un mensaje a Niall diciéndole las buenas notícias.
N.- ¡Eso es genial, Liam! Mañana nos la enseñas (: Por cierto, ¿Qué tal con Annie?
Oh cierto, olvidé mencionar que la genial idea de ir a su casa e intentar arreglar las cosas había sido de Niall y Oriana.
Li.- Por supuesto duende. Horrible, la he cagado.
N.- ¿¡Qué!? ¿Qué ha pasado?
Li.- Soy un idiota Nialler, un completo y estúpido idiota.
Las lágrimas asomaban por el borde de mis ojos, queriendo salir.
N.- No Liam, no digas eso amigo. Lo que sea que haya pasado seguro que lo arregláis.
Li.- Eso lo dices porque no tienes ni idea de lo burro que he sido. Annie debe de odiarme ahora mismo.
N.- Venga tío, no creo. Estáis destinados a estar juntos (;
Sonreí entre lágrimas, sin ánimo de reir realmente.
Li.- Ojalá Niall, ojalá fuese cierto.
Envié esa respuesta, para poco después apagar el móvil.

*Harry Styles*

Solo quedaban dos minutos para que el timbre que daba comienzo a las clases sonase, así que corrí los metros que me quedaban para llegar a la clase de música como un loco. No quedaba casi nadie por los pasillos, pero yo sabía de sobras que Emi podría estar por allí; no quería encontrármela por nada del mundo. No entiendo como siquiera pude tener 'algo' con ella. Me estremecí solo de pensarlo. Crucé el umbral de la puerta, sentándome al lado de Louis. Apoyé la cabeza sobre la mesa intentando recuperar el aliento perdido. Aunque supongo que exageraba un poco, no había sido para tanto.
-Buenos días Harold- saludó mi amigo, medio riendo. Peinó los rizos rebeldes de mi cabeza, que seguramente se habían movido de su sitio correcto al correr.
-Hola Boo Bear- le saqué la lengua, ya completamente recuperado de mi pequeña carrera.
-Liam ya acabó la canción- anunció, bajando la voz y acercándose un poco más a mí para que lo escuchase mejor-. Hemos hablado con Ori y ella entretendrá a Annie durante la hora libre para que nosotros la podamos ver- terminó de hablar, volviendo a la posición de antes. Asentí con la cabeza, muerto de ganas de escuchar la letra de nuestra primera y própia canción como banda-. Por cierto- rió Lou-, Ori me enseñó la última notita que recibió de 'su chico anónimo'- hizo comillas con los dedos, ya que 'el chico anónimo' era el mismo con el que estaba hablando él ahora- y en serio tío, te va a descubrir tarde o temprano- carcajeó, palmeándome la espalda levemente.
-¿Y eso?- pregunté divertido. Louis rodó los ojos.
-Fiesta de Halloween. Tú de Superman. Misteriosamente en su nota aparece la referencia de Superman. ¿Algo más?- esta vez fui yo el que rodó los ojos.
-Técnicamente, la nota habla de que no puedo ser Superman, pero por ella sería un super humano- crucé los brazos sobre la mesa, descansando ahí la cabeza; de nuevo.
-Aw qué romántico- Lou pellizcó mi mejilla, riendo al segundo después de haberlo hecho.
-Igualmente, de momento no sospecha nada de mí, ¿Verdad?- enarqué una ceja.
-No, tranquilo. Pero no entiendo, ¿Por qué no se lo dices de una vez por todas y ya?
-Tengo miedo- suspiré-. Es la primera vez que me enamoro, Lou- confesé, aunque tenía la certeza de que eso lo sabía, y de sobras.
-Oh vamos Haz, no tengas miedo de eso. Eres Harry Styles, por favor- reí junto a mi mejor amigo-. ¿Qué es lo peor que puede pasar si se lo dices?
-¿Que se ponga a reir en mi cara? No lo sé Louis; además, tiene novio, por si lo habías olvidado- argumenté.
-Dejémoslo aquí- se puso a reir, viendo al profesor entrar por la puerta.

***
-¡Está genial!- exclamé, después de que Liam nos enseñase a cada uno la letra de la preciosa canción que había escrito. Estaba realmente bien, y seguramente con la melodia en la que Niall y Annie estaban trabajando quedaría aún mejor.
-Gracias Hazza- sonrió, pero la sonrisa no le llegó a los ojos. Parecía una sonrisa triste.
-¿Qué ocurre, Liam?- no había sido el único en notarlo, al parecer. Louis miró al castaño preocupado, mientras que Zayn frotaba su espalda. Liam buscó ayuda en Niall con la mirada, incapaz de hablar.
-Bueno, Oriana y yo estábamos preocupados por como de incómoda era la situación entre Liam y Annie, porque no nos gusta ver a nuestros amigos peleados, así que le dije a Liam que fuese a hablar con Ann a su casa más tarde y según él me contó, no fue muy bien- explicó el rubio, resumidamente.
-¿Qué pasó?- pregunté curioso. Nialler se encogió de hombros.
-No me ha dado detalles- señaló a Liam con la cabeza, quien se pasaba las manos por la cara sin parar. Cuando finalmente paró, miró un punto muerto en el suelo, evitando nuestras miradas.
-Annie me odia, es lo más seguro, sobretodo después de lo que le dije- declaró, con la vista aún en el suelo. La mandíbula de Zayn se tensó.
-¿La hiciste llorar?- preguntó el moreno, duramente. Fijamos la vista en Liam, quien lentamente y cerrando fuertemente los ojos, asintió. Los puños de Zayn se cerraron, sus nudillos se volvieron blancos. Louis, Niall y yo nos miramos entre nosotros, sabíamos que Zay no pegaría a Liam, pero estábamos al tanto. Sabíamos, también, lo importante que era Annie para Zayn, así que no estaba de mal estar atentos-. Mira Liam, te juro que si no fuese porque eres mi amigo te habría lanzado ya un puñetazo- gruñó. Sin embargo, el castaño no reaccionó como esperábamos.
-La verdad, me lo merezco. No entiendo como todavía no lo has hecho Zayn- murmuró, enterrando la cara en sus manos. Zay suavizó su expresión, y tirando del brazo a Liam, le regaló un abrazo.

*Oriana Núñez*

-Vaya Ann, lo siento- abracé a mi amiga cuando acabó de contarme lo sucedido ayer en su casa. Nunca esperé que Liam se fuese a poner así.
-No importa Ori- sonrió de lado-. Lo hecho, hecho está- se encogió de hombros. Pero yo sabía que realmente le importaba, y que le había dolido lo que Liam le había dicho.
-Como tú digas Annie- murmuré, negando suavemente con la cabeza-. Entonces, ¿Chris y tú estáis saliendo?- pregunté pícara, haciendo reir a Ann.
-Sí- hizo una mueca rara con los labios-. Es un poco de locos, pero me gusta así que- y de nuevo, se encogió de hombros.
-No entiendo nada de lo que dices pero asentiré con la cabeza como si lo hiciese- Annie rió fuertemente, viéndome como movía la cabeza levemente de arriba hacia abajo-. Ahora ya los solteritos del grupo son Zayn, Harry y Liam- carcajeé.
-¿Y Nialler y Lou, qué?- enarcó una ceja, confusa.
-Louis con Phoebe, obvio. Y Niall con Lucy, veo futuro en esa pareja- Ann asintió, de acuerdo conmigo.
-Pero todavía no estan saliendo Ori- replicó, dándome con el dedo índice en la frente. Rodé los ojos; también me refería a futuras parejas-. Oye, cuéntame más cosas sobre la fiesta de Halloween- sonrió angelicalmente, no dándome otra opción que contestarle.
-Se celebra todos los años, supongo que desde siempre. No es realmente obligatorio llevar un disfraz pero si no lo haces todo el mundo te va a mirar mal, porque a ver, es Halloween. En fin, no es muy común ir en parejas porque todo el mundo siempre va con su grupo de amigos pero te digo yo que en la fiesta siempre alguien se lo monta con alguien del otro sexo. Hay una pequeña tradición, que aunque no sea obligatorio, casi todo el mundo lo hace. Nos tapamos la cara con una máscara, antifaz o lo que sea; así nuestra identidad es una sorpresa y somos el personaje de nuestro disfraz- acabé de explicar.
-Mola- murmuró, distraída-. En mi antiguo instituto no hacían muchas fiestas, y solo fui una vez a un baile- se encogió de hombros-. Un chico me invitó a ir, pero quedamos en que iríamos como amigos porque de verdad no quería comprometerme con nadie; y me lo pasé bastante bien.
-Antes de las vacaciones de Navidad celebran un baile también- anuncié, acomodándome el pelo detrás de la oreja-. Es un poco más formal, pero es divertido. Luego se celebra otro en primavera, antes de Semana Santa. Y antes de acabar el curso organizan una fiesta de despedida a los de último curso. El año pasado montaron una feria.
-Me encanta este lugar- exclamó, riendo levemente. Le di un pequeño codazo en las costillas, haciendo bailar las cejas.
-¿Y por qué te fuiste de tu instituto?- pregunté. En seguida noté como el color de piel de Annie se volvía más pálido a cada momento. Evitó mi mirada, moviendo las manos nerviosa.
-Quería un cambio- respondió, pero enseguida añadió:-, de aires.
Asentí con la cabeza, no queriendo presionarla para que me contase lo que realmente pasaba.
-Supongo que eso está bien- me encogí de hombros, al igual que ella, y eso nos hizo reir. Le sonaron las tripas, haciéndonos reir de nuevo aún más fuerte-. Me parece que hay que alimentar a la bestia.
-Vamos a ver si Lou tiene una chocolatina para mí- se levantó de un salto, feliz por conseguir una chocolatina. Se colgó de mi brazo y me arrastró hasta los chicos. Ojalá no estuviesen todavía con la canción.

*Annie Stonem*

Por mi mala suerte, Louis no traía una chocolatina con él, así que me quedé lo que quedaba de hora libre enfurruñada. Cuando sonó el timbre nos levantamos de ahí para ir dirección a la cafetería. Zayn se puso a mi lado, pasando un brazo por mis hombros. Lo abracé por la cintura mientras caminábamos, sintiendo un beso en mi frente que me hizo sonreir.
-Sé lo de Liam- susurró contra mi pelo. Como notó que me tensé, besó mi cabeza a la vez que acariciaba mi hombro-. Podías haberme llamado Ann- me reprochó sin intentar parecer muy duro. Las lágrimas intentaron salir pero las paré antes de tiempo.
-Lo siento Zay, pero en ese momento no estaba con ánimos para hablar con nadie- me excusé. Me apretó el hombro con la mano y dejó de hablar. Ya habíamos entrado en la cafetería. Nos pusimos en la cola con las bandejas de plástico y yo solamente cogí un pedazo de tarta de chocolate y una botella de agua, mientras que Zayn escogió un sandwich de pavo, unas patatas fritas y un refresco de naranja. Niall, Lou y Harry ya estaban sentados en nuestra mesa de siempre, así que ocupé mi lugar al lado del rubio. Al instante sentí el moreno sentarse a mi otro lado. Por debajo de la mesa me apretó la rodilla, sonriéndome cálidamente. Con mis manos a cada lado de su cara lo acerqué a mí, besando la punta de su nariz suavemente.
-Hey Nialler, ¿Cómo es que hoy no te sientas con Lucy?- preguntó Louis, para después darle un mordisco a su sandwich. Noté las mejillas del rubio sonrojadas, pero no hice ningún comentario sobre eso.
-¿Acaso me estás diciendo que no quieres que me siente con vosotros pero con otras palabras?- evadió la anterior pregunta, cruzándose de brazos. Le di un codazo juguetona, por lo que soltó un suspiro-. Me daba corte, además nos veremos esta tarde- admitió, sonrojándose una vez más. No pude evitar pellizcarle la mejilla.
-¿Otra cita?- inquirió el rizado, a lo que Niall asintió con la cabeza-. Si no acabáis juntos voy a estar un poco decepcionado- bromeó, lanzándole una patata frita que impactó directo en su frente. Como ésta cayó en su bandeja, el rubio se la comió, ante las risas de todos nosotros. Me atraganté, empezando a toser fuertemente cuando noté la presencia de Oriana y Liam en la mesa. Zayn me miró preocupado, dándome palmadas en la espalda para que me recuperase. En cambio, los idiotas de Niall, Louis y Harry seguían riéndose de mí.
-¿Estás bien, Annie?- preguntó mi mejor amigo una vez pude dejar de toser. Moví mi cabeza de arriba a abajo, dándole a entender que estaba ya perfectamente. Siguió mirándome a los ojos por un largo rato, hasta que entrecerró los suyos y se acercó a mi oreja para susurrarme:-. ¿Me contarás qué te dijo Liam?
Me mordí el labio, evitando su curiosa mirada. No podía decírselo. Ante todo, Liam también era su amigo, y se conocían desde hace bastante tiempo. No quería arruinar su amistad. Tomé una bocanada de aire, indecisa.
-No puedo Zay, es tu amigo- murmuré, mirándole de reojo. Charlaba con Oriana sobre un tema totalmente desconocido para mí, pero lo noté distraído. Zayn asintió con la cabeza, rindiéndose de una vez por todas.
-Igualmente, que sepas que te quiero más a tí- murmuró él contra mi pelo, antes de besar la zona sobre mi oreja. Con el pequeño tenedor de plástico transparente corté un pedazito de tarta y me lo metí en la boca, sonriendo ante las palabras de Zayn.




Hola sunshines. Siento que este cap es una mierda y el siguiente también lo será pero bueno. Lo bueno se viene en el capítulo treinta y cuatro, o al menos eso es lo que tengo en mente. En fin, ya lo veréis. Siento mucho haber subido tan tarde pero mi portátil está haciendo cosas muy raras últimamente y vivo con el miedo de que de la nada me borre el documento con la novela entera; y contando también el hecho que no pude subir porque no siempre estoy en barcelona so no wifi. Voy a intentar subir el siguiente cap este fin de semana. Oh, y espero que os haya gustado éste, aunque como he dicho es una mierda jaja. Whatever, os quiero x
p.d. Adelanto exclusivo del próximo capítulo: saldrá un nuevo personaje!